(EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este viernes que no ve motivos para “pelearse” políticamente con “Venezuela, Nicaragua o Argentina” porque lo que importa es la relación entre Estados, más allá de los Gobiernos.
“¿Por qué voy a pelearme con Venezuela, Nicaragua o Argentina? Que elijan a los presidentes que quieran. Lo que me interesa es la relación de Estado para Estado”, afirmó Lula en un acto para anunciar inversiones en infraestructuras, en São José dos Campos, en el interior de São Paulo.
En su discurso, el mandatario progresista destacó que “a todo el mundo le gusta Brasil y que Brasil tiene que gustarle todo el mundo”.
“No tenemos litigios con nadie”, expresó orgulloso el jefe de Estado brasileño.
Lula quiso desmarcarse también del anterior Gobierno presidido por el líder ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), época durante la cual Brasil fue “una especie de paria” internacional, en su opinión.
“Pasamos por un periodo en el que nadie quería venir aquí y nadie quería recibirlo”, expresó en alusión a su antecesor en la Presidencia y mayor adversario político, sin mencionar su nombre.
Tensiones entre Lula y Milei
La declaración de Lula se produce en un momento de tensión en las relaciones diplomáticas entre Brasil y Argentina, a raíz de las profundas divergencias que mantiene con su homólogo, Javier Milei. El contacto entre ambos jefes de Estado es nulo.
El embajador de Brasil en Argentina, Julio Bitelli, viajó esta semana a Brasilia para reunirse con el canciller Mauro Vieira y encontrarse con Lula, a fin de discutir cómo “llevar la relación de la mejor forma” con el Gobierno de Milei.
Hace unas dos semanas, Milei hizo su primera visita a Brasil desde que asumió el poder en Argentina, en diciembre pasado, aunque el motivo de la misma no fue para verse con Lula ni con ningún miembro del Gobierno, sino para un congreso de la ultraderecha organizado en la ciudad de Balneário Camboriú, donde se reunió con Bolsonaro.
“Preocupación” por el veto a María Corina
Por otro lado, Lula se ha distanciado públicamente del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien aspira a la reelección en las elecciones del próximo 28 de julio.
El líder brasileño ha abogado en todo momento por unas elecciones dentro de lo consensuado en los Acuerdos de Barbados, con plena participación de la oposición y con resultados que sean reconocidos por todos.
Al mismo tiempo ha defendido la amplia presencia de observadores internacionales y expresado su “preocupación” por el veto a María Corina Machado, lo que fue contestado en duros términos por el Gobierno venezolano.
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