La profunda remodelación de Gobierno de Pedro Sánchez, precipitada a este sábado de julio para intentar sofocar el desgaste que reflejan las sucesivas encuestas electorales desde finales de primavera, abre una nueva etapa de Gobierno.
HÉCTOR GARRIDO // 20 MINUTOS
Por un lado, Pedro Sánchez refuerza la alianza con Unidas Podemos, que mantiene intactas sus cinco carteras, sus cinco titulares y la vicepresidencia de Yolanda Díaz (que además escala un peldaño jerárquico). Y por otro, rejuvenece y feminiza los rostros de un gabinete -que no reduce carteras pese a lo esperado- para incidir en lo que Sánchez, en su discurso, consideró este sábado que debe ser una recuperación “social, digital, verde y feminista”.
Sánchez prescindirá en su Ejecutivo a partir de este lunes de varios emblemas del núcleo duro socialista, como Carmen Calvo o como José Luis Ábalos. También ‘suelta’ a fichajes estrella para el arranque de legislatura, como el astronauta Pedro Duque. Y rejuvenece a su Ejecutivo cambiando a siete ministros como Ábalos (61 años), Calvo (64), Laya (52), Uribes (52), Celaá (72), Campo (59) y Duque (58) por otros siete perfiles más jóvenes y con mayor presencia de mujeres: Félix Bolaños, José Manuel Albares, Pilar Llop, Isabel Rodríguez, Raquel Sánchez, Pilar Alegría y Diana Morant. Estos son los retos a los que se enfrentan los siete nuevos rostros en el Consejo de Ministros.
José Manuel Albares: reconducir la crisis con Marruecos
El nombramiento de Albares al frente de Exteriores no ha sido una sorpresa ni por su elección (es embajador de España ante Francia y fue asesor internacional de Sánchez) ni porque se haya producido el cese de Laya, después de que protagonizase conflictos verbales -como el choque con Turquía a cuenta de la mezquita de Santa Sofía- y diplomáticos, como la crisis que no supo desescalar con Marruecos tras el acogimiento en un hospital de Logroño de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, enfrentado al régimen alaui y perseguido internacionalmente por la acusación de crímenes y torturas.
Madrileño de 49 años, tiene una amplia experiencia diplomática, es muy activo por las redes sociales, y se espera de él mano izquierda para aliviar el enfrentamiento con Marruecos, reconducir las relaciones entre ambos países y más temple que su antecesora para evitar nuevos conflictos.
La recuperación económica también será un reto para la diplomacia española y el papel de Albares como primer embajador del país será fundamental para potenciar exportaciones y atraer inversores. “No hay mayor honor que representar a España en el exterior. No escatimaré esfuerzos en ello”, dijo este sábado Albares, al que muchos recuerdan por acompañar al presidente en la viral fotografía en la que Sänchez aparecía con gafas de sol repasando apuntes dentro de un avión Falcon.
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