Los precios del café se han disparado en los últimos meses debido a las malas cosechas y al aumento de la demanda y amenazan con impactar a los consumidores a nivel internacional.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, se espera que la demanda de grano supere a la producción por primera vez desde 2017, con un consumo de 165 millones de sacos de café en 2021, un millón y medio más que en el año anterior, y con una producción de 164,8 millones de sacos.
El aumento de la demanda se relaciona con el cambio de hábitos ocurrido durante la pandemia en muchos países occidentales, donde creció la compra en los hogares de máquinas de café ante el cierre de las cafeterías.
Mientras, el diario The Wall Street Journal asegura que en Brasil se están preparando para una de las mayores caídas en la producción en dos décadas, debido a la escasez de lluvias.
Tras un récord de producción en la variante arábica en 2020, este año se esperaba una caída, pero no tan acentuada como se teme.
Los precios de esta variedad brasileña alcanzaron su mayor valor el mes pasado desde 2016 y en el mercado de futuros de Nueva York, la variedad arábica ha subido un 18 % en los últimos tres meses, hasta 1,51 dólares la libra (453 gramos).
Hoy, los contratos futuros de café continuaban su escalada en Nueva York, con un alza del 1,5 % en los primeros compases de la jornada, hasta 1,54 dólares.
El periódico también apunta a que otros dos grandes productores como Colombia y Vietnam, aunque esperan unas cosechas mucho mejores que las de Brasil, están afrontando otros problemas.
En Colombia, las protestas contra el Gobierno bloquearon carreteras y ralentizaron la llegada del grano a los puertos para ser exportado y en Vietnam, donde se produce más de la tercera parte del café robusta, están sufriendo una escasez de contenedores para trasportar por barco el producto.
Pero además, un cuarto factor: el interés que han despertado las materias primas en los inversores, también está influyendo en el aumento del precio de este producto.
Asimismo, el pasado junio, un estudio de la Universidad de Arizona (EE.UU.), adelantó que las restricciones y los confinamientos impuestos durante la pandemia podrían afectar negativamente a la lucha contra enfermedades como el hongo de la roya del café y, consecuentemente, a la producción.
“La propagación de la covid-19 y la roya del café revelan las debilidades sistémicas y las desigualdades de nuestros sistemas sociales y económicos “, dijo uno de los redactores del informe, Kevon Rhiney, profesor de la Universidad de Rutgers.
Se calcula que en torno a 100 millones de personas en todo el mundo viven de esta materia prima, especialmente en países de bajos ingresos.
EFE