Ómicron, la variante de preocupación del coronavirus, ya se ha detectado en muestras de personas con COVID-19 en 69 países, incluyendo Chile, Brasil y Argentina. Esa variante se identificó en noviembre pasado en África y científicos sudafricanos alertaran a la OMS de un aumento repentino de los casos de COVID-19 en la provincia de Gauteng, coincidiendo con la detección de la variante. Si bien hasta el momento la mayoría de los casos son leves, hoy el Primer Ministro británico, Boris Johnson, anunció la primera muerte reportado de un paciente que había sido afectado por la variante Ómicron.
Por Infobae
Los resultados con los análisis de vigilancia genómica de las muestras de pacientes de COVID-19 se comparten en una base mundial y ahora científicos de diferentes naciones están haciendo estudios para comprender cuál podría ser el impacto de Ómicron hoy. Durante los últimos meses, había predominado la variante Delta del coronavirus en la mayoría de las personas que se diagnosticaban con COVID-19 en el mundo.
Sin embargo, empiezan a registrarse cambios. En Sudáfrica, Ómicron ya pasó a ser la variante dominante. En Argentina, la variante se identificó primero en un hombre de 38 años que había estado en Sudáfrica y regresó a San Luis. El hombre no tuvo síntomas y cursó la enfermedad en aislamiento. Ayer, se sumó la confirmación de 4 casos de COVID-19 en la provincia de Córdoba con la variante Ómicron.
Esos 4 casos con la variante Ómicron fueron confirmado por un estudio del Instituto ANLIS/Malbrán, que depende del Ministerio de Salud de la Nación. Son de la localidad Colonia Caroya, y se aguardan los resultados de laboratorio de otras 4 muestras de pacientes, 3 de Colonia Caroya y 1 de Jesús María. Según informó la cartera de Salud, 4 de los casos son asintomáticos y el resto presenta síntomas leves y se encuentran en aislamiento y seguimiento ambulatorio. Todos ellos, excepto los menores, están vacunados con 2 dosis de vacunas contra Covid-19.
Ómicron presenta un gran número de mutaciones. Algunas de esas mutaciones resultan preocupantes, y esto llevó a la Organización Mundial de la Salud a declararla como una variante prioritaria para dar un alerta. Tiene las mutaciones N501Y, D614G, K417N y T478K, que también se encuentran en otras variantes preocupantes, además de muchas otras que aún no se han caracterizado.
“La amenaza global que supone Ómicron depende en gran medida de tres cuestiones clave”, sostuvo la OMS en un documento técnico que emitió este domingo. Las cuestiones son el grado de transmisibilidad de la variante; la virulencia de la variante en comparación con otras variantes, y la eficacia de las vacunas y la protección previa contra la infección, la transmisión, la enfermedad clínica y la muerte. “Los consejos de salud pública se basan en la información actual y se adaptarán a medida que surjan más pruebas en torno a estas cuestiones clave”, afirmó. Aquí se enumera qué se sabe hoy sobre las 3 claves y las preguntas pendientes:
1- Cuán contagiosa es Ómicron
“Según las limitadas pruebas actuales, Ómicron parece tener una ventaja de crecimiento sobre Delta. Se está propagando más rápidamente que la variante Delta en Sudáfrica, donde la circulación de Delta era baja, pero también parece propagarse más rápidamente que la variante Delta en otros países donde la incidencia de Delta es alta, como en el Reino Unido”, señaló el reporte de OMS. Sigue siendo incierto si la rápida tasa de crecimiento de Ómicron observada en países con altos niveles de inmunidad de la población está relacionada con la evasión inmunológica, la mayor transmisibilidad intrínseca o una combinación de ambas.
Sin embargo, teniendo en cuenta los datos actuales disponibles, es probable que Ómicron supere a la variante Delta en los lugares donde se produce la transmisión comunitaria. “La variante ómicron se está extendiendo con más rapidez que la delta”, dijo Janet Baseman, epidemióloga de la Universidad de Washington. Rebecca Wurtz, de la Universidad de Minnesota.
Entre las explicaciones que se especulan sobre el aumento de transmisibilidad de Ómicron, la primera es que la variante se propaga con más facilidad entre las personas sin inmunidad, es decir, las que no están vacunadas y no se contagiaron previamente de COVID-19. La segunda podría evadir la inmunidad con mayor frecuencia, lo que permite que se propague más entre las personas vacunadas o que se contagiaron con anterioridad. Ambas explicaciones podrían ser ciertas, y muchos científicos creen que es probable que lo sean; sin embargo, los hechos no están claros.
Un estudio que aún no pasó la revisión de pares aportó resultados sobre transmisibilidad de la variante. Fue liderado por David I. Stuart, del Departmento de Ciencias Biomoleculares del Instituto de Ciencias Weizmann, en Israel. Entre las conclusiones, mencionan que “aunque todavía no se sabe si la variante Ómicron se extenderá a nivel mundial o si será una variante no dominante fuera de África como la variante Beta, los científicos creen que si se extiende rápidamente, probablemente será más transmisible y provocará una reducción significativa de la capacidad neutralizadora del suero naturalmente infectado y vacunado, debido a la mayor afinidad de la RBD Ómicron por la ACE2?.
Según los autores, “si bien habrá que realizar investigaciones más urgentes que determinen estos parámetros, la capacidad neutralizadora se conservará en cierta medida en los sueros con altos títulos de anticuerpos. Así pues, aunque la mutación de Ómicron probablemente comprometa la unión del mAb, una parte de la unión residual debería seguir ofreciendo protección contra la enfermedad grave y la hospitalización”.
2- ¿La variante da lugar a más casos graves de COVID-19?
Todavía hay pocos datos sobre la gravedad clínica de Ómicron, reconoció la OMS. Aunque los resultados preliminares de Sudáfrica sugieren que puede ser menos grave que Delta. En la mayoría de los casos notificados en Europa hasta la fecha han sido leves o asintomáticos, excepto la muerte que hoy informó Boris Jonhson en el Reino Unido. Pero sigue sin estar claro hasta qué punto Ómicron puede ser intrínsecamente menos virulento que Delta. “Se necesitan más datos para comprender el perfil de gravedad. Hasta ahora, los casos de Argentina solo han sido asintomáticos o leves”, según la agencia sanitaria de Naciones Unidas.
El Consejo de Investigaciones Médicas de Sudáfrica publicó la semana pasada un estudio sobre las características de la infección por la variante Ómicron en pacientes hospitalizados en un complejo en el distrito de Tshwane, en Pretoria. Esos datos preliminares resaltan el valor de la vacunación.
El 1 de diciembre, el país registró 8.561 casos, frente a un total de 3.402 notificados el 26 de noviembre. A mediados de noviembre, sólo se habían registrado unos cientos de casos. El Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD) de Sudáfrica, con sede en Johannesburgo, confirmó que Ómicron se está extendiendo rápidamente. El estudio difundido se hizo en pacientes hospitalizados en el complejo hospitalario Steve Biko, localizado en el distrito de Tshwane en Pretoria, la zona más castigada por la variante en la región de Gauteng.
El distrito de Tshwane ha sido el epicentro del brote de Ómicron en Sudáfrica. El número semanal de casos ha aumentado exponencialmente durante varias semanas, pasando de tener poco más de 8.500 positivos en la semana del 21 al 27 de noviembre, a 41.921 el 3 de diciembre. El reporte resalta un rápido aumento de las hospitalizaciones, describiendo las características de 166 nuevas hospitalizaciones entre el 14 y el 29 de noviembre de 2021, es decir, durante las dos primeras semanas del brote de Ómicron en la región.
La principal observación es que la mayoría de los pacientes en las salas de hospitalización por COVID-19 no han sido dependientes de oxígeno. Señalaron que el diagnóstico de COVID-19 fue un hallazgo incidental en pacientes que ingresaron al hospital por cualquier otro motivo médico, ya sea quirúrgico u obstétrico.
Una observación importante es que la edad de los 166 pacientes hospitalizados es menor que la observada antes de la llegada de Ómicron. Y que solo hubo dos pacientes hospitalizados en la unidad de cuidados intensivos en las dos semanas de observación del reporte, lo cual sería una indicación de que el brote no causa enfermedad severa. Los autores coinciden en afirmar que es aún muy pronto para evaluar el número de muertes como indicador de la severidad de la infección. El reporte ofrece además un rápido análisis de 42 casos de pacientes con COVID-19 que se encontraban hospitalizados el 2 de diciembre, y reveló que solo 9 de ellos (o sea el 21%) usaba oxígeno porque sufrían una neumonía. El resto o no tenía síntomas respiratorios y, por tanto, no necesitaba oxígeno, o algunos usaron oxígeno pero por razones que no tuvieron que ver con el covid-19.
El reporte describió también el estado de vacunación de los 38 adultos del grupo de 42 pacientes hospitalizados el 2 de diciembre. De ese grupo, 24 de los 38 (o sea el 63%) no estaba vacunado, 6 (o sea el 16%) sí estaban vacunados, y se desconocía el estado de vacunación de los otros 8. En ese sentido, de los 9 pacientes con neumonía por COVID-19 y oxígeno permanente, ocho no estaban vacunados. El restante era un niño.
3- ¿Cuánta efectividad tienen las vacunas contra el COVID-19 y los tratamientos hoy?
Hasta el momento, según OMS hay pocos datos disponibles. Aún no hay evidencia científica revisada por pares, sobre la eficacia o efectividad de la vacuna hasta la fecha para Ómicron. Las pruebas preliminares, y “el perfil antigénico considerablemente alterado de la proteína de la Espiga de Ómicron, sugieren una reducción de la eficacia de la vacuna contra la infección y la transmisión asociada a Ómicron”.
Las pruebas sugieren que la variante Ómicron puede tener más probabilidades de infectar a las personas vacunadas que las variantes anteriores del virus. Sin embargo, todavía no hay indicios de que vaya a provocar que las personas vacunadas desarrollen casos más graves de COVID-19. “Creo que las vacunas mantendrán su protección, no tanto para evitar el contagio sino para evitar la enfermedad grave”, dijo Eric Topol, de Scripps Research. Dowdy, de la Universidad Johns Hopkins, lo expresó de esta manera: “Nuestro sistema inmunitario está diseñado para protegernos de enfermar, no para contraer infección”.
La semana pasada la empresa Pfizer dijo que una dosis de refuerzo de su vacuna contra el COVID-19 puede proteger contra la nueva variante de Ómicron, aunque las dos dosis iniciales parecen significativamente menos efectivas. Pfizer y su socio BioNTech comunicaron que las pruebas de laboratorio mostraron que una dosis de refuerzo aumentó 25 veces el nivel de los llamados anticuerpos neutralizantes contra Ómicron.
Hay algunas pruebas preliminares de que la incidencia de la reinfección ha aumentado en Sudáfrica, lo que puede estar asociado a la evasión inmunitaria humoral (mediada por anticuerpos). Además, las pruebas preliminares de unos pocos estudios de tamaño de muestra limitado han demostrado que los sueros obtenidos de individuos vacunados y previamente infectados tenían una menor actividad de neutralización (el tamaño de la reducción varía considerablemente) que con cualquier otro VOC circulante del SARS-CoV-2 y la cepa ancestral.
La precisión diagnóstica de los ensayos de PCR y de pruebas de diagnóstico rápido basadas en antígenos (Ag-RDT) utilizados habitualmente no parece estar influida por Ómicron. La mayoría de las secuencias de variantes de Ómicron reportadas incluyen una deleción en el gen S, causando que algunos ensayos de PCR dirigidos al gen S aparezcan como negativos.
Según la OMS, se espera que las intervenciones terapéuticas para el manejo de pacientes con COVID-19 grave o crítica asociada a la variante Ómicron que se dirigen a las respuestas del huésped (como los corticosteroides y los bloqueadores del receptor de interleucina 6 y la profilaxis con anticoagulación) sigan siendo eficaces. Sin embargo, los anticuerpos monoclonales tendrán que ser probados individualmente, por su unión al antígeno y la neutralización del virus y estos estudios deben ser prioritarios.