La guerra que se desató en Barinas, por el control de la Gobernación, una vez que el opositor Freddy Francisco Superlano Salinas gana la gobernación, no se limita al control de un estado, tampoco a que sea el lugar de nacimiento de Hugo Chávez, sino que aflora una de las batallas internas más importantes que se libra en la revolución bolivariana por el control del poder, la de Diosdado Cabello vs. Nicolás Maduro.
Por Sebastiana Barráez / Infobae
Es tan importante la supervivencia para los bandos, en que la otrora poderosa revolución se revela débil sin los importantes aliados del Polo Patriótico y con la participación de apenas una parte de la Oposición que se presentó fragmentada, que el foco central de la disputa es Barinas por los antecedentes que rodean a la familia Chávez y su relación con el poder central.
Las elecciones fueron profundamente cuestionadas, aunque por primera vez, en 15 años hubo 130 representantes de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), a quienes Nicolás Maduro terminó expulsando del país después que manifestaron irregularidades que presenciaron en el marco de los comicios.
En esa silenciosa guerra fría existe un factor determinante: los Chávez, quienes han controlado el poder en Barinas, hasta ahora con la derrota que sufrió Argenis de Jesús Chávez Frías. Durante años el gobernador fue Hugo de los Reyes Chávez, padre de los hermanos Chávez. Cuando por razones de vejez y salud ya no podía seguir, le tocó el turno a Adán Coromoto Chávez Frías y finalmente a Argenis.
Si bien es cierto que Hugo de los Reyes no fue señalado por corrupción, la historia del resto de la familia es distinta y la injerencia de sus hijos en negocios y contratos era escandaloso. Desde el principio de la llegada de Chávez al poder, su hermano Argenis aparecía en todas las denuncias por corrupción en contratos, lo que enfrentó a los hermanos entre ellos, pero aun así se mantuvieron en el poder regional, incluso después de la muerte del presidente.
Pero una cosa son los padres y hermanos de Hugo Chávez y otra muy distinta los hijos del mandatario fallecido, especialmente sus hijas María Gabriela y María Virginia Chávez Colmenares, a quienes Diosdado mostró desde el principio de la guerra interna como su bastión de apoyo. De ahí surge lo que internamente llamaron Los Verdaderos Hijos de Chávez, como respuesta a que Maduro se hace llamar “el hijo de Chávez”.
Una de las estrategias de Maduro fue sacar para EEUU a María Gabriela, la más emblemática de las hijas por su relación con Chávez, a quien acompañaba como una figura de primera dama después que él se divorciara de María Isabel de Chávez. Maduro la designa, el 13 de agosto 2014, como embajadora alterna de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas, cargo que la hija predilecta del mandatario fallecido aceptó y que le permitió disfrutar de una vida de privilegios.
Cuando Maduro la perfila internamente como figura clave de los Verdaderos Hijos de Chávez, empiezan a aparecer denuncias contra personas relacionadas con ella, entre esas el actor Manuel “Coco” Sosa, quien habría tenido una relación sentimental con la hija menor de Chávez; el actor fue detenido y el régimen se encargó de darla suficiente propaganda al hecho. María Gabriela guardó silencio, pero no se le volvió a mencionar como opción política y ella permaneció en EEUU hasta el 2019, cuando fue definitivo el derrumbe de la relación de Venezuela con los Estados Unidos.
La estrategia fue promocionar a la hija mayor, María Virginia Chávez, la presentó en su programa y en eventos especiales donde figuras incondicionales de Diosdado aseguraban que la mujer era “la más querida y la única que lograba controlar al Comandante cuando se molestaba”. Ese intento tampoco tuvo fuerza.
El bastión Barinas
Lo del triunfo de un candidato opositor en Barinas tiene poco que ver con la eficiencia de un modelo exitoso. Durante los gobiernos de los Chávez en ese estado no hay una sola obra que se exhiba como beneficio para el pueblo llanero. Si bien es cierto que Hugo Chávez, durante su presidencia, le inyectó recursos millonarios en obras, maquinarias y proyectos, como el Central Azucarero Ezequiel Zamora, la mayoría terminaron en un aparatoso fracaso.
Lo que más prosperó fue la riqueza de la familia Chávez, que pasaron de ser personas sencillas para mostrarse como opulentas, fincas y recursos millonarios. Ahora bien, perder Barinas no es significativo para la revolución y Nicolás Maduro lo entendió así desde el mismo momento en que envía a la diputada María Iris Varela, vicepresidente de la Asamblea Nacional, exministra del Servicio Penitenciario, quien tiene un discurso violento y confrontador. En el marco de la campaña Argenis Chávez llegó a comentar que pidió el retiro de Varela porque le estaba haciendo daño.
Para quién sí es fundamental que los Chávez permanezcan en el poder de Barinas, por supuesto, más allá de la familia del extinto presidente, es para Diosdado Cabello que basa su discurso en Hugo Chávez, como líder de la revolución bolivariana. Lo que vislumbra el otrora poderoso líder es que sin Chávez no hay chavismo y en la revolución solo quedará el madurismo.
Para Diosdado la imagen de los Chávez también es parte de su supervivencia en la revolución y por ello movió todos los hilos posibles en la familia. Ya era insostenible no reconocer que Superlano ganó la gobernación de Barinas, pero después del viaje de Nicolás Maduro a Cuba la situación cambia y surge la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenando al CNE repetir las elecciones en Barinas argumentando que el ganador estaba inhabilitado.
Tres hechos demoledores quedan de lo ocurrido en Barinas:
1-Al chavismo apenas le queda un reducto y por eso deben sacrificar lo que sea para que los Chávez mantengan poder en Barinas. Aunque todo indica que Nicolás Maduro y Diosdado tienen candidatos distintos a Argenis Chávez para la Gobernación.
2-Las órdenes de Nicolás Maduro son revocables, porque fue él quien indultó a Freddy Superlano, mientras el TSJ y el CNE no le dan validez a esa decisión que apareció publicada en Gaceta Oficial.
3-La grosera injerencia militar, a través del Plan República, cuando el general José Rafael Serrano Gotera retiene las actas de votación, cometiendo un delito electoral, hasta que cuadran cómo no darle la Gobernación a quien la mayoría del pueblo barinés escogió como su mandatario regional.
La guerra por el poder
Hugo Chávez, proveniente de Cuba hizo una breve visita a Venezuela el 8 de diciembre 2012, anunció, en cadena nacional, con el entonces Vicepresidente Maduro a un lado y el militar del 4F Diosdado Cabello en el otro, quién sería su sucesor: “Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir el periodo, como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente”.
En ese escenario, Maduro solo contaba con la bendición de Chávez y Cuba, pero la balanza del poder se inclinaba hacia Diosdado, quien contaba con historia por su participación en el 4F y por supuesto con apoyo de los febreristas, tenía funcionarios en puestos claves de poder económico y militar, además del control de la estructura y maquinaria electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y del Polo Patriótico.
Diosdado, quien es inteligente y sabe ejercer autoridad, parecía que finalmente iba a ser el único líder de la revolución, pero Maduro, quien gana la presidencia el 19 de abril 2013, demostró tener mayor astucia y fue liquidando de la escena política a los diversos polos de poder que había en el chavismo, siendo los más importantes Elías Jaua y Rafael Ramírez.
Varios hechos demuestran que Maduro buscó reducir el poder militar y político de Cabello: la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente no recae en Diosdado, a pesar de las maniobras internas, sino en Delcy Rodríguez, lo que representa un round importante para Maduro. Cuando la ANC ya estaba deslegitimada, desprestigiada y minimizada es cuando Cabello la preside.
Como vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado controla la maquinaria electoral, pero en enero 2018 Maduro lanza, y el CNE legaliza, el Movimiento Somos Venezuela (MSV), colocando a Delcy Rodríguez a la cabeza, lo que resultó un estruendoso fracaso porque la organización jamás se consolidó.
El otro bastión de poder de Diosdado, el militar, Maduro lo ataca brutalmente cuando en julio 2020, pasa a retiro y sin cargos a toda su promoción 1987, que tenía 53 oficiales de alta graduación. Después, en las cuestionadas elecciones a la Asamblea Nacional 2020, asume la presidencia un incondicional de su rival, el psiquiatra Jorge Rodríguez.