El Kremlin espera que las nuevas restricciones, que obligarán a los rusos a tomar una licencia pagada del 30 de octubre al 7 de noviembre, ralenticen los registros de infecciones y muertes por COVID-19. Los funcionarios rusos han intentado desalentar los viajes, pero sin éxito.
Por Voz de América
La semana pasada, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas en Moscú: “Los epidemiólogos han expresado su preocupación por que muchas personas estén planeando viajar”.
Solo el 32% de la población de Rusia está completamente vacunada. Una encuesta de esta semana por el Centro Levada, con sede en Moscú, reveló que la mitad de los encuestados dijeron no tener miedo de contraer el coronavirus. Tres de cada cuatro rusos no vacunados no planean hacerlo, según una encuesta de opinión realizada el mes pasado por la encuestadora internacional Gallup.
El ex primer ministro Dmitry Medvedev advirtió públicamente el lunes de la urgencia de persuadir a más rusos para que se vacunen.
“Si no encontramos formas de convencer a la gente de su irresponsabilidad, incluso, para decirlo sin rodeos, de su comportamiento antisocial, enfrentaremos tiempos aún más difíciles”, dijo.
La vacuna rusa Sputnik V está ampliamente disponible en el país.
En las últimas semanas, el número de casos de COVID-19 registrados ha aumentado batiendo récords día tras día. Al ordenar a la mayoría de las organizaciones estatales y empresas privadas que dejen de trabajar, excepto aquellas involucradas en el mantenimiento de la infraestructura crítica, el Kremlin espera que la tendencia se pueda revertir.
Oficialmente, se han registrado más de 8,5 millones de infecciones en el país desde que estalló la pandemia. El lunes, los funcionarios de salud de Rusia informaron más de 40.000 nuevos casos de coronavirus.