Lo bueno de las maromas que debimos hacer algunos venezolanos cuando vivíamos en Venezuela (y que siguen haciendo los que se quedaron) para conseguir productos y alimentos, es que, como pasamos largas horas haciendo cola, aprovechamos ese tiempo para hacernos preguntas trascendentales para la humanidad, como por ejemplo:
¿Será que llegaré al champú?
¿Y si me meto a bachaquero?
¿Con qué era que hacían el jabón en Cuba?
¿Será que Camilo Sesto y Felipe Sexto son familia?
Un día, en una de esas colas, escuché a dos personas hablando acerca de los famosos videos de Tasty creados por Buzzfeed. Esta fue la conversación donde descubrí que todo se trata de un experimento:
Señora 1: Chama, mira este video, acá te van diciendo los ingredientes y mira lo fácil que se hace todo.
Señora 2: Sí, chica. Yo el otro día hice unos calamares rebosados siguiendo el video. Bueno, solo hice el rebosado porque calamares no conseguí, pero me quedó rico.
Señora 1: Claro, vale, es que tenemos que adaptarnos pues. Y será que tendrán el video de cómo hacer paella, pero sabes, sin arroz, sin los mariscos.
Señora 2: Seguro, es facilísimo y lo puedes hacer sin necesidad de usar ningún ingrediente.
Señora 1: ¿En serio? ¿Cómo lo haces?
Señora 2: Solo tienes que meterte en Google y escribir: “¿Cómo preparar paella+buzzfeed?” y te sale el video. Le das clic, lo ves la primera vez y se te hará agua la boca. Pero después de verlo unas 47 veces ya te sientes llena y se te quita el hambre.
Señora 1: Oye, qué buena idea, pero ¿de verdad funciona?
Señora 2: Claro, y lo mejor es que adelgazas y bueno tienes mucha variedad de platos.
Luego de aquella revelación, y de interrogar a las señoras (quienes por cierto me dieron la receta de las rosquitas de naranja, sin naranja claro), comencé a investigar, hice encuestas y hasta di con un científico (sí, todavía quedan algunos), y me confesó que efectivamente se están haciendo estudios de “neuroalimentación”, que, según deduje, no es otra cosa que “comer con los ojos”.
La idea es que, cuando una persona tiene hambre, busca en Internet un video de Tasty y lo reproduce muchas veces, hasta que se le quite el apetito. Los beneficios son, como decía la señora (y me aseguró el científico), que la persona baja de peso, tiene la variedad y la cantidad de productos que quiera, desde la comodidad del hogar, y solo necesita una conexión a Internet (como Open English, pero gratis, claro).
Además, ayuda al presupuesto familiar, ya que no gastas en comida y lo mejor: acaba con las colas de gente comprando alimentos.
Debo confesarles que luego de entrevistarme con el científico me voy esperanzado, pues me comentó que están haciendo experimentos similares para buscar solución a la escasez de agua y luz… amanecerá y veremos.
Aunque también, me da algo de tristeza, porque si se acaban las colas mi reality show Los juegos del hambre Caracas, tiene los días contados.
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