La movida de música electrónica ha vuelto desde hace varios meses al ruedo en la ciudad de Caracas con eventos masivos a pesar de las restricciones que implica la pandemia.
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Los más jóvenes e incluso adultos se muestran emocionados con este tipo de actividades luego de estar cerca de dos años encerrados y al enterarse de cualquier fiesta buscan hacer lo que sea para asistir.
El 23 de Enero, la Cota 905, El Cementerio y Mecedores son las zonas donde más frecuentes se hacen las denominadas “privadas”, mismas que tienen un costo en dólares y reúnen a los Djs más escuchados en la ciudad capitalina.
Consultamos con vecinos de La Pastora sobre las rumbas que se realizaron durante la primera semana del mes de julio y denunciaron que los eventos traen a muchas personas sin medidas de bioseguridad, además de que se extienden hasta altas horas de la noche e incluso la mañana dejando un desastre siempre.
“Es entendible que los muchachos quiera salir a fiestar luego de todo lo que ha pasado, pero esto empieza un día antes y termina al siguiente y ese ruido cansa”, manifestó una de las vecinas de las cercanías de Puerta Caracas.
Añadió que su preocupación es que la mayoría de esta gente no está vacunada y es propensa a multiplicar el virus.
Las fiestas fuera de los barrios
No solo las barriadas de Caracas son propensas a fiestas similares, a comienzo de año las llamadas “CoronaPartys” se hicieron virales en el este de la ciudad, siendo Chacao, Altamira y Las Mercedes los lugares en donde las personas utilizaban sus hogares para divertirse.
Tal parece que en Venezuela se vive una realidad en la semana radical y en la flexible otra, pero los organismos de seguridad no aparecen para vigilar estas aglomeraciones que podrían traer consecuencias a futuro tomando en cuenta la crisis sanitaria del país.
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