Una cita con la historia ante las miradas del mundo, en un lugar insólito donde se escribió con letras doradas la victoria de una selección que se repuso ante todas las adversidades y un “enano” que se hizo gigante ante el peligro.
LUCHO SUÁREZ // LAPATILLA.COM
Leo Messi y Kylian Mbappé protagonizaron un dramático duelo que que se extendió hasta una legendaria tanda de penales donde Argentina consiguió proclamarse Campeona del Mundo.
Doha fue el lugar y Lusail el recinto, albicelestes y galos prometieron un duelo reñido bajo sus estilos y cumplieron con creces.
Los pupilos de Lionel Scaloni saltaron al césped con el propósito de dominar el partido con la posesión, mientras que los dirigidos por Didier Deschamps plantearon un esquema ordenado, esperando su oportunidad para salir al contragolpe con sus veloces atacantes y hacer daño.
Al albiceleste, encomendada al “10” esperó 22 minutos para concretar su buen inicio de partido. El protagonista: Leo Messi, ¿quién más?
Un penal dudoso despertó la esperanza. Ángel Di María, sorpresa en el once sudamericano, cayó en el área tras una internada vertiginosa.
El atacante de la Juventus encaró a Ousmane Dembélé, tras adelantarse, dentro del área trastabilló, cayó y el árbitro sentenció la pena máxima.
Para ejecutarlo, el capitán Messi cruzó la pelota al palo izquierdo de Hugo Lloris y desató la euforia de los hinchas argentinos en Doha y el mundo (1-0).
Desequilibrio constante: Ángel Di María “desquició” la zaga francesa con sus regates y velocidad.
El oriundo de Rosario fue artífice y finalizador de una jugada colectiva que ejemplificó el dominio argentino durante toda la primera mitad.
Desde los pies de Messi salió un balón filtrado que “apuñaló” a la zaga “bleu”.
Alexis Mac Allister recibió y giró su mirada al costado izquierdo donde penetró “El Fideo”. El mediocampista centró la esférica hacia el atacante ex Real Madrid, quien de primeras y con su zurda batió el arco de la actual campeona defensora del título (2-0).
Francia lo necesitaba y la final también. Tras 80′ minutos sin manifestarse en el verde, el delantero del PSG hizo presencia en el marcador (2-1).
“La Tortuga” escribió su nombre en la historia mundialista desde el punto penal: con un derechazo que liquidó a Emiliano Martínez. Con un remate cruzado, Francia revivía esperanzas para conseguir la igualdad. Y lo consiguió.
El empate cayó como un relámpago.
Un minuto después de convertir, Mbappé se encargó de emocionar a los franceses con una acrobacia para la historia tras habilitación magistral de Marcus Thuram (2-2).
El drama se apoderó del partido y se extendió a un tiempo extra que asimismo, prolongó el sufrimiento.
Ambos equipos salieron “con el cuchillo en los dientes” para buscar la gloria. Los penales no fueron opción, pero resultaron inevitables.
La segunda mitad del complemento fue una montaña rusa de emociones.
Comenzando el segundo acto, Messi apareció como un superhéroe para avivar la llama de la gloria argentina. El “10” apareció en un contragolpe de leyenda para empujar el balón al arco rival.
El remate de Messi fue repelido por la zaga gala, pero ese balón superó la línea de meta, por lo que el árbitro no dudó en dar el tanto a la albiceleste.
Sin embargo, el grito de “Mbappé” se escuchó tres veces en Lusail.
La figura francesa volvió a aparecer tras el señalamiento de un penal a falta de dos minutos para concluir la faena.
Mbappé engañó a Martínez y colocó la esférica a su palo derecho. El sufrimiento se prolongó hasta la fatídica tanda de penales.
Ni Messi ni Mbappé faltaron a la cita. Ambas figuras concretaron con éxito su turno de patear.
Sin embargo, para lamento de los galos, tanto Coman como Tchouaméni fallaron de cara a portería. El primero sufrió a “Dibu” Martínez, mientras que el segundo envió su remate a un costado de la portería.
Para finalizar y coronar a su selección, Gonzalo Montiel convirtió la pena máxima que desató la euforia albiceleste.
Argentina conquistó un nuevo título que se unió a los logrados en 1978 y 1986, el último hace 36 años, con dos finales perdidas por el camino (1990 y 2014).
Con esta coronación, Leo Messi conquistó el título 42 en su carrera profesional, igualando al defensa brasileño Dani Alves.