El pasado 24 de agosto de 2022 se celebra el 31 º aniversario de la declaración de independencia de Ucrania de la Unión Soviética.
El Día de la Independencia de este año tiene un significado especial, ya que coincide con los seis meses en guerra de agresión a gran escala del presidente ruso Putin contra el pueblo de Ucrania, su soberanía y su identidad cultural.
La desinformación y la propaganda del Kremlin han acompañado y apoyado las acciones militares de Rusia en Ucrania, incluido el intento de anexión de Crimea, el apoyo a los movimientos separatistas en el este de Ucrania y la actual guerra de agresión. El Kremlin intenta repetidamente deslegitimar a Ucrania como nación y como Estado ante los ojos de la opinión pública ucraniana y rusa, así como de la comunidad internacional.
Exponer el manual del presidente PutinEl presidente Putin niega habitualmente que Ucrania sea un verdadero país. En 2008, dijo al presidente Bush que “Ucrania no es un país”, y en julio de 2021, identificó públicamente a rusos y ucranianos como “un solo pueblo” y declaró que “la verdadera soberanía de Ucrania sólo es posible en asociación con Rusia”. Putin ha intentado repetidamente describir a Ucrania como “totalmente creada por Rusia” en las “tierras históricas” de Rusia, argumentando que Ucrania es una “parte inalienable de… la propia historia, cultura y espacio espiritual de [Rusia]”. En una misiva de febrero de 2022, culpó al primer líder soviético, Vladimir Lenin, de “crear la Ucrania de Lenin” y la calificó de ser “peor que un error”, lanzando días después una guerra a gran escala, en un intento, de redibujar el mapa según su propia versión distorsionada de la historia. A lo largo de los últimos seis meses, la maquinaria de desinformación y propaganda de Rusia ha utilizado las falsas afirmaciones de Putin como modelo para las campañas destinadas a negar a Ucrania su derecho a la independencia e incluso a la existencia.
Reaparición de lo imperialista y uso de mapas como armasEl revanchismo imperial impregna la propaganda del Kremlin, que intenta disimular el deseo de Rusia de recolonizar Ucrania. Dmitry Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad y expresidente de Rusia, mostró mapas para cuestionar la legitimidad de Ucrania como Estado. Medvédev invocó visiones del pasado imperial de Rusia, y compartió una entrada de Telegram del 27 de julio con mapas de la región antes y después en los que Ucrania se había reducido a sólo la zona que rodea Kiev con el pie de foto: “En el cerebro drogado del presidente Zelenski la imagen del brillante futuro de su país puede parecer esto, pero los analistas occidentales piensan que en realidad será esto”.
Medvédev citó a estos supuestos “analistas occidentales” para propagar la fantasía colonial de Rusia: imaginar el territorio de Ucrania reducido a sólo la región de Kiev, mientras que el resto de Ucrania se dividiría entre Rusia, Polonia, Rumanía y Hungría. Esta narrativa recuerda el discurso de Putin de febrero de 2022, en el que cuestionaba la condición de Estado de Ucrania, y acompaña la intensificación de los llamamientos rusos a ampliar su “operación militar especial” para hacer realidad su mapa imperial. El jefe de la llamada “República Popular de Donetsk” (RPD), Denis Pushilin, afirmó falsamente que las “ciudades rusas” de Kiev, Chernihiv, Poltava, Odesa y Dnipro deben ser “liberadas del nazismo”, mientras que el presidente del “Parlamento de Crimea”, Vladimir Konstantinov, añadió Nicolaiev y Járkov a esta lista.
Propaganda histórica y cultural rusa quiere borrar la identidad cultural ucranianaUcrania ha existido como una identidad cultural y nacional distinta durante siglos, y los intentos de Putin de asimilarlos violentamente a la cultura rusa son especialmente atroces, dado que los ciudadanos ucranianos fueron históricamente un objetivo para la Unión Soviética.
Bajo el mandato de Joseph Stalin, más de tres millones de ucranianos murieron en el Holodomor, o Gran hambruna, una escasez de alimentos puramente artificial en la que toda la población de Ucrania se consideraba secundaria para la realización del plan económico quinquenal soviético.
Además de desconectar la región de las telecomunicaciones ucranianas, el gobierno ruso está colocando vallas publicitarias en Jersón con la imagen del famoso poeta ruso Aleksandr Pushkin y del comandante histórico Aleksandr Suvorov, junto con el eslogan “Jersón, una ciudad con historia rusa” y citas patrióticas. Los carteles tienen probablemente dos propósitos (en ruso): afirmar una historia cultural común y responder a la retirada por parte de Ucrania de varias estatuas de Pushkin en todo el país. Como describió un comentarista, las vallas publicitarias son la culminación del “sangriento” establecimiento del control por parte de Rusia mediante “Tanques – guerra – muerte – ocupación – Pushkin”.
Al mismo tiempo, los bustos del poeta ucraniano Taras Shevchenko son desfigurados, los museos ucranianos son quemados y saqueados, y cuando los funcionarios de la UNESCO visitaron Ucrania en julio, confirmaron que más de 160 sitios culturales fueron dañados desde que comenzó la invasión a gran escala de Rusia. Los bombardeos rusos han dañado incluso el monumento conmemorativo de Babyn Yar, donde los nazis ejecutaron a 100.000 judíos y otros ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial.Discurso deshumanizador además de negaciones y amenazasLos propagandistas rusos están utilizando un lenguaje deshumanizador sobre la guerra de Rusia en Ucrania. En su programa de propaganda en horario de máxima audiencia “Solovyov Live”, Vladimir Solovyov empleó una metáfora en la que comparaba a los ucranianos con los gusanos que un veterinario extrae de un gato en una “operación especial”. En el programa “60 minutos”, la presentadora Olga Skabeyeva dijo que Ucrania es un “país inexistente”, mientras que uno de sus invitados calificó el conflicto de “guerra santa” y describió al ministro de Defensa ucraniano Reznikov como “el último insecto de la fila al que todavía tenemos que poner en su sitio”.
El dictador bielorruso Lukashenko dijo el 21 de julio que la cuestión de si Donetsk, Luhansk y Jersón son parte de Ucrania “ya no se discute”. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Zakharova, negó la declaración del secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken del 13 de julio, en la que denunciaba los campos de filtración sistemáticos de Rusia y la deportación forzosa de al menos 1,6 millones de ucranianos”. Tanto el hombre fuerte de Chechenia, Ramzan Kadyrov, como el periódico dirigido por el SVR New Eastern Outlook, sancionado por Estados Unidos, afirmaron recientemente que Polonia es la siguiente en la lista para la “desmilitarización” de la OTAN por parte de Rusia.
La pantomima de la anexiónLas declaraciones de Putin han presentado falsamente la toma de tierras ucranianas por parte de Moscú como una “devolución y refuerzo” de los territorios rusos, especialmente cuando el Kremlin ha intensificado sus esfuerzos para anexionar partes del sur de Ucrania.
En una entrevista del 20 de julio, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, reveló las intenciones a largo plazo de Moscú de invadir Ucrania incluso más al afirmar que “la geografía ha cambiado” desde sus negociaciones de marzo con Kiev: “Ahora no estamos hablando sólo de las provincias de Donetsk y Luhansk. Se trata de Jersón, Zaporiyia y otros territorios”.
Las autoridades rusas y sus representantes en Jersón y Zaporiyia reiteraron estas afirmaciones al anunciar que una comisión electoral celebraría un referéndum sobre la adhesión a Rusia. Mientras tanto, las autoridades rusas están integrando a “especialistas” en los servicios de seguridad de los territorios ucranianos en poder de Rusia y abogan por el establecimiento de bases militares rusas permanentes en la provincia de Zaporiyia para que sirvan como ‘garante de la seguridad” y para disuadir los esfuerzos de Ucrania por liberar estas áreas. Rusia está impulsando su política de “pasaportización” exigiendo a los empresarios ucranianos que vuelvan a registrar sus negocios con pasaportes rusos.
Por último, representantes rusos han difundido un vídeo (en ruso) en las redes sociales anunciando la creación de la “Brigada de Odesa”, afirmando que Odesa y Nicolaiev son los próximos objetivos de la “liberación” rusa. Es probable que el Kremlin pretenda contrarrestar la ofensiva anunciada por Kiev para retomar Jersón y Zaporiyia a finales de año. Las autoridades rusas de Jersón también anunciaron la formación el 5 de julio de un “gobierno de Jersón” dirigido por “profesionales rusos” y que sigue el modelo de las autoridades que gobiernan a sujetos federales de Rusia para ayudar a acelerar la “reintegración”, a pesar de la pretensión de elegir mediante un referéndum. Ambas tácticas pretenden negar la condición de Estado de Ucrania y legitimar el colonialismo ruso.Cualquier afirmación por parte del Kremlin de que el pueblo ucraniano anhele ser anexionado a Rusia sencillamente no es cierta.
Las encuestas de opinión muestran un consenso abrumador entre los ucranianos de su oposición a la agresión rusa. Según una encuesta de junio de 2022 de la Universidad de Chicago el 97 por ciento de los ucranianos ven la invasión por parte de Rusia como una gran amenaza a la seguridad de Ucrania, y el 97 por ciento quiere que Rusia compense a Ucrania por la destrucción que ha causado.Falsas alegaciones de afinidad de los ucranianos por Rusia.
El ecosistema de desinformación y propaganda de Rusia trabaja para mostrar que la gente que vive en las zonas de Ucrania controladas por Rusia está ansiosa por el dominio ruso. En todas las regiones controladas por Rusia, hay informes creíbles de que las autoridades de ocupación retienen los alimentos, el agua y la ayuda médica a los civiles ucranianos hasta que hayan aceptado los pasaportes rusos. Los medios de propaganda estatal, como Sputnik, describen entonces las colas de residentes que buscan pasaportes rusos como voluntarias, con residentes que ofrecen convenientemente declaraciones a favor del Kremlin. Los medios de comunicación estatales rusos informaron ampliamente del jefe saliente de la “administración militar-civil” instalada por Rusia en Zaporiyia, Yevgeny Balitsky, quien declaró el 14 de julio que en la primera quincena de septiembre se celebraría un referéndum para decidir si “nos unimos a Rusia o no”. Balitsky añadió que “no seremos un segundo Kosovo”, alegando que la OTAN había dividido la antigua Yugoslavia sin un referéndum.
Sin embargo, los datos de las encuestas muestran que en un referéndum libre los ucranianos de las zonas ocupadas no elegirían unirse a Rusia. La encuesta del Instituto Nacional Democrático de mayo de 2022 reveló que sólo el 3 % de los ucranianos querría que Ucrania se uniera a la Unión Aduanera Euroasiática liderada por Rusia, y que el 90 % quiere que Ucrania se convierta en un estado miembro de la Unión Europea. La cifra más baja, en el este y el sur, todavía alcanza una abrumadora mayoría del 84 %. Debido a que reconocen esta realidad, las autoridades rusas están intensificando los esfuerzos de “reeducación”.
Mientras Balitsky y otros funcionarios nombrados por el Kremlin difunden la retórica de la “desnazificación” y el “gobernador” instalado por Rusia en Zaporiyia, Anton Koltsov, que forma un gobierno títere, se intensifican los esfuerzos para imponer un nuevo sistema educativo a los ucranianos en los territorios controlados por Rusia.
El diario Washington Post ha informado que Moscú está ofreciendo a los maestros de Rusia sueldos lucrativos para que se trasladen a Zaporiyia y Jersón a fin de “corregir” lo que se ha enseñado a los niños allí en el pasado.
Los medios de comunicación estatales del Kremlin alegan falsamente que los ucranianos de la región de Járkov también buscan la identidad rusa. Vitaly Ganchev, designado por Rusia como “jefe de la administración civil provisional de la provincia de Járkov”, afirmó (en ruso) en una entrevista con TASS el 6 de julio que los residentes de la región “liberada” de Járkov “pretenden unirse a Rusia”. “La gente oye que hay una vertical de poder, que estamos promulgando leyes, que la introducción del rublo llena un nicho económico clave, y se está reorientando para aceptar la nueva realidad”, dijo.
Los medios de desinformación del Kremlin amplificaron inmediatamente estas falsas afirmaciones. Ganchev fue acusado en abril por la fiscalía regional de Járkov de alta traición por colaborar con las fuerzas rusas e intentar organizar un “referéndum” para declarar de nuevo una “República Popular de Járkov”. Su táctica parece estar dirigida a sentar las bases para el intento de anexión de las zonas controladas por Rusia, que constituyen el 30 % de la región de Járkov, y parece estar programada para el aumento de los esfuerzos de Rusia en la “pasaportización”.
Los datos son claros: el pueblo ucraniano en cualquier referéndum libre y justo votaría abrumadoramente en contra de unirse a Rusia, incluidos los que viven en el este y el sur de Ucrania. En una encuesta realizada por el Instituto Republicano Internacional en abril de 2022, más del 90 % de los ucranianos afirmó que su opinión sobre Rusia ha empeorado desde la invasión del 24 de febrero.
Los funcionarios rusos reconocen esta realidad a pesar de sus esfuerzos de desinformación y propaganda. La información de inteligencia de Estados Unidos indica que los funcionarios rusos están preocupados por la baja participación de los votantes en estos falsos referéndums y saben que sus esfuerzos por legitimar la apropiación ilegal de tierras carecerán de legitimidad y no reflejarán la voluntad del pueblo.
El pueblo ucraniano está profundamente unido ante la invasión a gran escala de Rusia. Las encuestas reflejan que los ucranianos están comprometidos con el desarrollo democrático de su país, con un histórico 94 % que afirma que una democracia en pleno funcionamiento es importante para ellos.
A pesar de la invasión a gran escala, el 87 % de los ucranianos muestra un optimismo sin precedentes sobre el futuro de Ucrania.Ucrania continuará siendo soberana e independienteHace 31 años, el pueblo de Ucrania proclamó su independencia como país soberano. Desde 2014, y especialmente durante los últimos seis meses, el mundo ha sido testigo de cómo el presidente Putin ha utilizado tanto la fuerza militar como las declaraciones engañosas para socavar la soberanía ucraniana. Ha fracasado en ese objetivo a pesar del sufrimiento que ha infligido a Ucrania. Durante esta guerra el valor y la fuerza del pueblo ucraniano han sido extraordinarios. Como señaló el secretario [de Estado de EE. UU.] Blinken, “Ucrania no ha sido ni será conquistada.
Seguirá siendo soberana e independiente.
Estados Unidos y nuestros aliados y socios seguirán estando a su lado y ayudarán a proporcionarles precisamente lo que necesitan para defender su libertad”.Fuente: Departamento de Estado de Estados Unidos.