La dictadura cubana utilizó todo tipo de tácticas para atemorizar y frustrar por todos los medios la marcha del pasado 15 de noviembre en la isla caribeña. Primero declaró la manifestación pacífica como ilegal y no le concedió a los organizadores el permiso para hacerla, con amenazas incluidas sobre la consecuencias judiciales si la hacían. Además, en los días previos y posteriores al evento, el régimen castrista encarceló a 72 opositores, según recopiló Justicia 11J en conjunto con Cubalex.
Por: Infobae
En ese sentido, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) informó este miércoles que ha documentado hasta ahora “más de 400 acciones represivas” para impedir las protestas disidentes.
Desde España, el dramaturgo Yunior García Aguilera, principal promotor de la marcha del pasado 15 de noviembre en Cuba, contó detalles de todo lo que hizo la dictadura de Miguel Díaz-Canel para frenar la manifestación pacifica. La estrategia de intimidación y de seguimiento iba dirigida hacia él y a todo aquel tuviera que ver con la protesta.
“Cuando anunciamos la marcha para el 15 de noviembre, empezó una persecución feroz. Me cortaron Internet, el teléfono de mi casa, le cortaron el teléfono a cualquier persona que tuviera cerca para que no pudiéramos comunicarnos. La Fiscalía me llamó y me dijo que me iban a llevar a una cárcel dos décadas”, dijo García.
El artista viajó a España después de la protesta convocada por el colectivo Archipiélago para exigir un cambio político en la isla, que fue reprimida por las fuerzas de la dictadura cubana.
La lista difundida por Justicia 11J en conjunto con Cubalex muestra el modus operandi del régimen castrista; su poca tolerancia al disenso y su violenta reacción contra los ciudadanos que tiene un pensamiento político distinto. El día de la marcha, la fuerzas policiales detuvieron a personas por el simpe hecho de estar vestidas de blanco (uno de los pedidos de los organizadores para quienes deseaban participar en la manifestación pacífica). Así le ocurrió a Evert Óscar Matos Leyva, en la ciudad de Holguín, a quien le dislocaron un hombro al momento de ser encarcelado.
Al igual que Matos Leyva, la policía detuvo en situaciones similares, e incluso más violentas, a 71 personas más. La estrategia de la dictadura es crear temor en la población, que las personas sepan cuáles son la consecuencias de intentar oponerse al poder. Y en parte, el pasado 15 de noviembre fueron exitosos con su escabrosa táctica.
Por su parte, García, recordando los momentos que vivió en los días previos y el mismo de la marcha, calificó las maniobras de la dictadura como fascistas.
“Cuando decidí marchar en solitario el día 14 no me permitieron salir de mi casa. Mi casa amaneció rodeada a las 5 de la mañana. Me gritaban ofensas todo el tiempo. Me gritaron ‘terrorista’ y ‘mercenario’. No sé a cuantos años me iban a condenar. Estoy seguro de que la estrategia del régimen era mantenerme preso en mi casa sin teléfono ni Internet. Su estrategia era silenciarme. Mi intención es volver a Cuba, no pedí asilo. Salí de Cuba para no estar en silencio. A pesar de los ataques, sentí que no podía quedarme callado y por eso estoy aquí“, dijo.
La actitud del régimen cubano solo demuestra su temor, el nerviosismo ante una población que ya no tiene miedo en levantar la voz, en mostrar su enojo y su disconformidad con un poder que los tiene sumidos en la pobreza, en la precariedad y que coarta su libertad.
“El 11 de julio fue un estallido social quizás como nunca habíamos tenido en la historia de Cuba. Se levantaron millones de cubanos pidiendo medicamentos, alimentos y libertad. Hubo personas que fueron golpeadas por cantar una canción como ‘Patria y vida’ en las calles. Cuba vive la censura, la exclusión, la despersonalización del individuo”, concluyó el dramaturgo Yunior García.