Es lo más parecido a un divorcio. Una ruptura legal en la que Hotel Tamanaco, icono arquitectónico de la modernidad desde su construcción hace casi siete décadas, ha terminado por perder irremediablemente el apellido que solía acompañarlo y, por qué no, aportarle un carácter cosmopolita que a decir verdad pocos tienen ya en el país: el “Intercontinental”.
Por producto.com.ve
Sucede que InterContinental Hotels Group, la compañía británica que opera varias marcas hoteleras en el mundo, decidió meses atrás poner punto final a la larguísima relación que sostuvo con el Hotel Tamanaco desde su inauguración el 11 de diciembre de 1953.
Tras varias inspecciones y una visita evaluatoria, los ejecutivos de InterContinental, cuya sede está en Denham, Buckinghamshire, determinaron que el Tamanaco sencillamente no cumplía con los elevados estándares, procedimientos, servicios y políticas de la cadena. Y más aún: no había consumado sus últimas peticiones de remodelación (de lobby, habitaciones, salones, áreas verdes y de piscina).
Así que dio por terminado el contrato de la franquicia y exigió borrar además cualquier rastro suyo. En todas las instalaciones. En el material publicitario. Y hasta de la fachada, que hubo que salir corriendo a quitar, de modo que solo ostenta ahora en la azotea –y seguro que para beneplácito de algunos- el nombre del cacique indígena venezolano de las tribus mariches y quiriquires que se resistió ferozmente a la conquista española.
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