Yaizis Hidalgo prepara un almuerzo para niños en un comedor social de Petare, la favela más grande de Venezuela, mientras se pregunta qué les dará de desayuno a sus hijos al día siguiente, una preocupación común en el país, el menos feliz de Latinoamérica, según el más reciente Informe Mundial de la Felicidad, una emoción aplacada por la crisis.
Desde muy temprano, la mujer de 44 años ayuda en el comedor comunitario, sin más remuneración que su almuerzo y el de sus hijos, una bendición en medio de las carencias, que la mantienen inmersa en un estado de intranquilidad que afecta a su bienestar.
Un reciente estudio de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) revela que el 90 % de la población siente preocupación ante la situación del país, y el 40 % manifiesta que su ánimo se ha ido deteriorando.
El estudio, llamado Psicodata y elaborado entre diciembre y enero, y para el que fueron consultados 1.500 adultos, muestra también que la economía es la mayor causa de estrés, sobre todo para los pobres, que representan el 81,5 % de la población, según la medición por ingresos calculada por la UCAB.
Yaizis quisiera mejorar la calidad de vida de sus hijos, pero sus ingresos -la mayoría percibidos a través de las ayudas del Estado- no son suficientes, según dijo a EFE.
“Hasta el sueño te quita, no duermes, da insomnio, te paras a veces triste (…) Siempre estás con la preocupación, la tristeza, porque uno quisiera darle mejor calidad de vida a sus hijos (…) eso te genera angustia. (…) He dejado a veces de mandar a los niños al colegio porque no tienen desayuno”, lamentó.
De 137 naciones evaluadas en el Informe Mundial de la Felicidad 2023, lanzado recientemente por la red de soluciones para el desarrollo sostenible de Naciones Unidas (SDSN), Venezuela ocupa el puesto 88.
En este sentido, el director de la Escuela de Psicología de la UCAB y coordinador de Psicodata, Danny Daniel Socorro, dijo a EFE que “ha habido unos estresores sociales, políticos y económicos que han incidido, sistemáticamente”, en la población.
“Afecta a todo lo que supone la experiencia personal, la experiencia psicológica y, por supuesto, afecta el bienestar”, afirmó el psicólogo, para quien los principales “estresores” son la falta de recursos para “siquiera subsistir”, el miedo a enfermar por la crisis del sistema público de salud y el costo de los servicios sanitarios privados y la migración, además de la pandemia por covid-19.
Según Psicodata, el 75 % de la población ha sentido, en los últimos dos años, un “profundo dolor” porque familiares o amigos cercanos emigraron, y al 34 % “le ha costado retomar su cotidianeidad después de experimentar esta falta”.
El estudio de la UCAB también revela que el 73 % de la población se entristece al “pensar en el futuro del país”.
También “hay mucha rabia (…) ante la situación del país”, dijo Socorro, además de un “malestar psicológico” que tiene “importantes consecuencias”, entre ellas la incapacidad de llevar a cabo actividades de la vida cotidiana.
En esta coyuntura, el venezolano ha buscado, desde diferentes espacios, como la familia o el trabajo, las formas de disfrutar las actividades que hace, señaló el psicólogo de la UCAB, también profesor en este centro de estudios superiores.
El ciudadano, prosiguió, ve como su “único sostén” a la familia, amigos y, en general, a su “gente muy cercana”, de quienes recibe un “apoyo profundo”.
Según Psicodata, el 67 % recurre a su familia cuando tiene un problema y, si bien se “sabe que existen instituciones (sociales, políticas, religiosas, deportivas)”, solo el 9 % acude a ellas para pedir ayuda.
Socorro ve fundamental invertir en la salud mental, para lo que hay que implementar una serie de políticas públicas que se discutan previamente entre varios actores, entre ellos las mismas autoridades y especialistas, a lo que la Escuela de Psicología de la UCAB está abierta a participar.
El Ejecutivo señala a las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países a Venezuela como las responsables de la situación, que -considera- cambiaría y mejoraría notablemente si estas medidas coercitivas fueran levantadas y el Gobierno pudiera manejar los bienes que tiene bloqueados.
EFE