Lapatilla
El país con las mayores reservas de petróleo del mundo está sumido en kilométricas colas de gasolina. Los ciudadanos en el estado Táchira, zona de frontera con Colombia, pierden horas para comprar combustible. Todo parece confabular en contra del desarrollo económico debido al tiempo perdido en filas.
Por Dossier
La diputada de la Asamblea Nacional 2020, Karim Vera, denunció que a diario los ciudadanos esperan por horas en las inmediaciones de las gasolineras. Cada día son más de 800 carros los que llegan a las estaciones de servicio para intentar echarle gasolina a sus vehículos.
Por estas colas, los profesionales dejan de trabajar para abastecer sus vehículos. Ese es el caso de la abogada Maricelly Carrasquel, quien una vez a la semana pierde hasta seis horas diarias en la espera por gasolina. «Se necesita para todo, para llevar a los niños a clases, para ir a trabajar, para terminar todo lo pendiente», precisó.
Y como las colas afectan a todos por igual, un estudiante de 20 años, Iván Mofin, cursa dos carreras universitarias y debe intentar repasar para sus exámenes mientras espera por el combustible que requiere. Es la única manera en la que se pone al día con sus deberes académicos.
Mercado negro de gasolina, no es opción
Las kilométricas colas de gasolina son prácticamente obligatorias para las personas. En Táchira el litro del combustible cuesta 0,50 centavos de dólar, no hay subsidio, pero en paralelo a las filas, en el mercado negro venden pimpinas de gasolina nacional o colombiana, sin embargo esta posibilidad es casi imposible para las personas.
La gasolina colombiana cuesta hasta un dólar el litro, lo que hace que sea menos accesible para quienes necesitan movilizarse por trabajo, estudio o cualquier motivo. Esto conlleva a que la única opción sean las bombas del gobierno.
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