La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha acusado este lunes al régimen de Nicaragua de desacato por no cumplir las medidas adoptadas por el organismo respecto a la liberación de más de 20 presos políticos.
Por europapress.es
Optadas por el dictador, Daniel Ortega, y la vicepresidenta, Rosario Murillo, constituyen un acto de desacato a la obligatoriedad de las decisiones dictadas por el ente, a la par que va en contra del principio internacional de acatar sus obligaciones convencionales de buena fe, recoge el diario local ‘La Prensa’.
El organismo internacional ya ha trasladado, en hasta tres resoluciones, la necesidad de que Nicaragua excarcele a los presos y ahora ha avanzado que someterá a consideración de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) este desacato al que acusa a la nación centroamericana.
Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), esta decisión de la Corte de someter ante la OEA “no tiene precedentes recientes” y nace del “incumplimiento” del régimen de las resoluciones de la Corte Internacional de Derechos Humanos.
“Para Cenidh, esta resolución evidencia el empeño de los organismos del sistema interamericano de protección a los Derechos Humanos de los nicaragüenses, víctimas del régimen Ortega-Murillo”, han zanjado en un mensaje publicado en sus redes sociales.
Entretanto, el ex embajador nicaragüense ante la OEA, Edgard Parrales, conocido crítico del régimen de Daniel Ortega, fue capturado el lunes por desconocidos frente a su vivienda en Managua, denunció su esposa, Carmen Dolores Córdova.
Córdova dijo a The Associated Press que el ex diplomático de 79 años iba a ingresar a su casa cuando “aparecieron dos hombres de civil que lo metieron por la fuerza en un vehículo y se lo llevaron”.
“Mi esposo fue secuestrado, porque (sus captores) no presentaron orden de detención ni se identificaron”, afirmó. La esposa de Parrales es hija del fallecido abogado Rafael Córdova Rivas, quien formó parte junto a Ortega de la primera Junta de Gobierno durante la revolución sandinista (1979-1990).
En los últimos días, Edgard Parrales criticó en declaraciones públicas la decisión de Ortega de retirar a Nicaragua de la OEA, la cual calificó como “un disparate”.
Parrales fue uno de los cuatro sacerdotes que en 1983 fueron sancionados por el Vaticano por ocupar cargos públicos en el régimen sandinista. Los otros tres, todos ya fallecidos, eran el poeta Ernesto Cardenal, ministro de Cultura; su hermano Fernando Cardenal, ministro de Educación, y el canciller Miguel D’Escoto. En 1989, Parrales dejó el sacerdocio para casarse con Carmen Córdova.
Tras el triunfo electoral de Violeta Chamorro frente a Ortega (1990), Parrales tomó distancia de sus antiguos compañeros del Frente Sandinista y se acercó a la disidencia. Aunque no forma parte de ninguna organización partidista, es uno de los pocos analistas políticos que no se ha exiliado de Nicaragua y continuaba expresando opiniones muy críticas frente al gobierno.
Las autoridades no han confirmado ni desmentido de momento la información en torno a la captura del ex diplomático.
El pasado 15 de noviembre, Estados Unidos y Reino Unido anunciaron nuevas sanciones contra funcionarios e instituciones del régimen de Daniel Ortega, en un aparente intento de aumentar la presión diplomática, tras la reelección del líder sandinista en la urnas este mes.