La muerte en prisión del General Raúl Isaías Baduel nos llena de indignación y estupor y, además, nos debe inducir a todos a hacer una profunda reflexión de lo sucedido, lo cual nos lleva a realizar precisiones en cuanto a la situación de nuestro país.
El General Raúl Isaías Baduel fue un PRESO POLÍTICO del gobierno de maduro, contra él se ensañaron con una crueldad sin parangón, LO ENTERRARON EN VIDA EN “LA TUMBA”, le negaron TODOS SUS DERECHOS VIOLANDO ASÍ SUS DERECHOS HUMANOS al negársele cualquier posibilidad de hacer frente a las vagas acusaciones de traición a la patria formuladas por un gobierno que está entregando a diestra y siniestra la soberanía del país, el petróleo y El Esequibo.
De nada valieron que el General Baduel haya sido un HÉROE el 13 de abril de 2002. Hay que recordar –siempre hay que hacerlo–, que su acción decidida al frente de la 41 Brigada de Paracaidista de Maracay el mismo 12 de abril, desconociendo el gobierno de Carmona y leyendo la carta manuscrita de Chávez donde decía que no había renunciado, fue uno de los factores fundamentales, si no el más importante, en la derrota del Golpe de Estado, y la restitución de la Constitución. Al mismo momento que Baduel asumió esta postura constitucional y valiente, poniendo en riesgo su propia vida, los políticos que luego se convirtieron en sus verdugos en esos duros momentos estaban escondidos, desaparecidos, mientras el pueblo junto a los militares patriotas, lograron llevar a Chávez al Palacio de Miraflores.
A Baduel lo sepultaron en el tristemente célebre centro de detención llamado “La Tumba”, ubicado en la propia sede del SEBIN, a 4 pisos bajo tierra, al ser éste el sitio que maduro reserva a los prisioneros que más odia, todos ellos venezolanos secuestrados y sujetos a todo tipo ultrajes y violaciones de sus Derechos Humanos, sometidos a tratos crueles y humillantes, en ese sitio siniestro se concentra toda la crueldad de un gobierno y un sistema represivo que se ceba contra los prisioneros. Es evidente que, tal como lo han denunciado TODOS LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS, el gobierno ha cometido CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD y ha instaurado la violación de los Derechos Humanos como su POLÍTICA DE ESTADO.
El General Baduel muere en custodia, por lo tanto su muerte es RESPONSABILIDAD ÚNICA Y EXCLUSIVA DE SUS CAPTORES, es decir del gobierno, tal como lo establece nuestra Constitución. Pero no es el primer preso político que fallece en cautiverio, ya van más de 10 casos conocidos, incluyendo en esta siniestra lista la muerte en prisión del ex ministro de Petróleo y presidente de PDVSA Nelson Martínez, tal como lo denunció, en su momento, públicamente su esposa.
En el caso de Baduel, la familia refuta la versión oficial sobre su muerte y exigen una investigación sobre lo sucedido, la cual no se llevará adelante porque el gobierno ha anunciado la cremación del cuerpo al aducir que el General Baduel murió a “causa del COVID”. La cremación de los cuerpos de las víctimas de asesinatos políticos para borrar toda evidencia que pudiese dar pie a una investigación, tuvo su antecedente con el asesinato de Oscar Pérez, quien no murió de COVID, sino que fue ajusticiado, como es público y notorio, por las fuerzas del FAES. La cremación de los cuerpos se ha convertido en una actuación MACABRA del gobierno, para borrar toda prueba de sus crímenes.
Quien anuncia la muerte, sin atreverse siquiera a dar la cara, es el Fiscal Sicario Tareck William Saab que, aunque es muy dado al show y a la exposición mediática, en este caso pretende despachar la noticia con un tuiter, que resume en sí mismo la esencia y catadura moral del personaje y del gobierno. Un tuiter donde “lamenta” la muerte de alguien que ellos mismos mataron, contra el cual se ensañaron, además de transmitir sus “condolencias” a una familia que ellos mismos han destrozado con la prisión y muerte de Baduel. Debemos señalar que el último Informe del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU señala a Tareck William Saab como RESPONSABLE DIRECTO de la perpetración de violaciones de Derechos Humanos y crímenes políticos en el país. Este caso es una responsabilidad más para él.
La discusión no es si Baduel murió de Covid o no, si le dieron tardíamente la primera dosis de la vacuna o no, si tuvo una trombosis o no, de esta manera el gobierno intenta inútilmente evadir su responsabilidad. Ya se deja entrever que pretenden achacar la muerte de Baduel al “efecto secundario” de una supuesta primera vacuna anti-COVID, cuyo país de origen no quieren siquiera mencionar. El caso es que, en el supuesto de que Baduel tuviese COVID, el general al igual que cualquier otro detenido por el Estado, no tenía la posibilidad ni siquiera de pagar para vacunarse, ni podía pagarse sus medicamentos o la bombona de oxígeno como están obligados los venezolanos a hacer incluso en los hospitales, mucho menos el General Baduel tuvo el privilegio de Diosdado, quien sí fue atendido durante un mes recibiendo los mejores cuidados de manos de los médicos cuando le dio COVID, o el de otros políticos del gobierno que han contado con todas las atenciones médicas cuando se vieron afectados por el virus. Nó, Baduel no gozó de ninguno de estos privilegios, el General estaba ENCERRADO y a merced de sus captores.
El tema de fondo es que Baduel al igual que el resto de los prisioneros políticos bajo custodia del Estado, están sujetos a la voluntad de sus captores, quienes, de manera reiterada, en particular cuando los mismos son organismos de inteligencia, como el SEBIN o el DIGECIM, le han negado a los prisioneros y secuestrados políticos cualquier tipo de consideración médica o atención a la salud, esto como una forma de castigo permanente para doblegar la voluntad del prisionero. A los que están en “La Tumba” se les niega incluso salir unos minutos al día al sol, como ha sido el caso de Baduel y el de Diego Salazar.
De lo que se trata, es que en Venezuela se ha instaurado un sistema de represión selectiva y tratos crueles hacia las personas y oponentes políticos, tal como lo ha determinado el Consejo de DD.HH. de la ONU, en cuyo último Reporte se menciona justamente, para describir tal hecho, el caso del General Baduel.
El gobierno ha retrogradado al país a la época de Juan Vicente Gómez, cuando EL TIRANO enterraba en vida a sus rehenes, enemigos, secuestrados políticos, mientras sus carceleros se ensañaban con crueldad en contra de los prisioneros hasta su muerte. “LA TUMBA” DE MADURO ES EL EQUIVALENTE MODERNO DE “LA ROTUNDA” DE GÓMEZ, la esencia es la misma y así quedará para la historia.
Tal como hicieron con el General, el gobierno ha estado moviendo a los presos de “La Tumba” para “El Helicoide”, para tratar de lavar TARDÍAMENTE su cara, ante la probable visita del FISCAL DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL. Siempre que van al país responsables de los Organismos Internacionales del Sistema de los Derechos Humanos, el gobierno rota o traslada a los presos a los distintos centros de detención, iguales o peores que “La Tumba”, para evitar que sean entrevistados los secuestrados-detenidos, o sencillamente para decir que lugares como “La Tumba” no son centros de detención.
Cuando hemos denunciado la violación de los Derechos Humanos en Venezuela directamente ante los distintos Organismos de las Naciones Unidas, llevando nuestro propio caso, el de Baduel y el de los trabajadores de PDVSA, como el caso de Eudis Girot, Pedro León y otros, así como el del Mayor General Rodríguez Torres, el Comandante Martín Chaparro y otros militares presos-secuestrados, lo hacemos por una cuestión de principios, lo hacemos en contra de la injusticia y de la violencia ejercida desde el Estado y sus Cuerpos Represivos. Y también lo hago porque estos secuestrados-presos que vienen de las filas del chavismo no han sido defendidos por nadie, es COMO SI NO EXISTIERAN; porque el odio y la intolerancia han dejado sus casos y su tragedia en el silencio más absoluto, haciéndole el juego precisamente al gobierno de maduro.
La muerte en prisión del General Baduel, de Nelson Martínez y otros detenidos políticos que han sufrido igual suerte, así como los tratos inhumanos y crueles contra el Mayor General Rodríguez Torres, contra militares y trabajadores de PDVSA, son la prueba fehaciente de la veracidad de la denuncia de mi caso y de los riesgos que corremos los perseguidos políticos por el gobierno de maduro. Todo esto lo hemos consignado directamente ante los Organismos Internacionales de Derechos Humanos, y han sido reconocidos en sus informes al indicar que el sistema de justicia en Venezuela actúa como instrumento y cómplice en la violación de los Derechos Humanos, y esta es una de las razones por la cual, en mi caso, me han concedido, expresamente, protección internacional.
La muerte de Baduel debe ser esclarecida, debe realizarse una investigación imparcial con la participación de representantes de los Organismos Internacionales de Derechos Humanos, para determinar la causa y circunstancias de la muerte del General Baduel y la de otros prisioneros políticos en custodia, dejando claro que, siendo las causas que fueran, estas muertes son de la ÚNICA RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO.
La violación de los Derechos Humanos y la muerte de los presos políticos en custodia debe movilizar a todo el país en defensa de la Constitución y los Derechos Fundamentales del Hombre. Dejar atrás la intolerancia y el odio. No puede haber violaciones a los Derechos Humanos buenas y violaciones a los Derechos Humanos malas.
UNA POSTURA POLÍTICA DETERMINADA NO PUEDE SER RAZÓN PARA LA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE NADIE Y, MUCHO MENOS, PARA SU ASESINATO. Todos somos seres humanos, seamos chavistas o no, civiles o militares, ex ministros, opositores, todos tenemos nuestros derechos consagrados en la Carta Magna y en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Todos tenemos derecho a la vida, al nombre, a la imagen, a la reputación, a la no discriminación, a la libertad, al debido proceso, al hogar doméstico, a la presunción de la inocencia, a la justicia, a la imparcialidad, al amparo de la ley, entre otros.
La violación de los Derechos Humanos como Política de Estado, además de revelar la violencia del gobierno de maduro y la inexistencia y complicidad de las instituciones del país, revela también el avance del fascismo que se ha instalado en la psiquis del gobierno y de los factores políticos de nuestra sociedad, la cual se expresa en la violencia generalizada de los cuerpos de seguridad, bien sea en nuestros barrios populares con la actuación del FAES y otros organismos de exterminio, en la Represión Selectiva (como deja asentada la ONU) de los Cuerpos de Inteligencia del SEBIN y DIGECIM, la represión en contra de los trabajadores, la censura, la impunidad, la instigación al odio en el tuiter por parte de los voceros y aparato de propaganda del gobierno, el control social y en el profundo miedo y silencio que se ha instalado hasta los huesos en nuestra sociedad.
La muerte de Baduel tiene muchos responsables, unos directos, como maduro, Diosdado, Delcy Rodríguez, Tareck William Saab, los Jefes de los Cuerpos de Inteligencia; otros indirectos, como el Alto Mando Militar, el Poder Judicial y todos aquellos que, pudiendo hacer algo, han guardado silencio o han sido indiferentes ante la tragedia de este militar patriota, factor fundamental en el restablecimiento del hilo constitucional en los infaustos días del Golpe de Estado de abril de 2002.
Vayan mis más sentidas condolencias a la esposa del General Baduel, a sus hijos, su hija, familiares y amigos sinceros. Son momentos terribles, pero la imagen de Baduel siempre será la de un hombre solidario, valiente y firme en sus convicciones.
Por Rafael Ramírez