Para: Qué Pasa en Venezuela
Martha Escalona-Zerpa, desde Berlín
Sí, a la final, la 73° Berlinale fue un festival con una gran ventana a temas políticos. Imposible que no sea de otra forma. Para ello, la capital alemana ha estado permanentemente involucrada en las dos guerras mundiales del siglo pasado, en la Guerra Fría que se suscitó con la derrota del nacionalsocialismo alemán y la división de Berlín en dos bloques políticos. Y muy probablemente, en lo que será el desenlace de lo que devendrá de la guerra de ataque de Putin en Ucrania.
Ayer se cumplió el primer año de esta guerra desigual y nadie sabe cuando toca a su final o si devendrá en un conflicto nuclear donde Europa, la Nato y los EEUU estarían involucrados. No habrá acuerdo de paz con bombardeos. Ahora tanques de guerra Leopardo están entrando al territorio ucraniano. La guerra sigue. Fin incierto.
Ayer el tema fílmico y documentalista fué la guerra en la Ucrania, los millones de refugiados que buscan asilo en toda Europa, los destrozos de la guerra, los trastornos post traumáticos que genera y la destrucción en buena parte del país.
Mujeres y hombres son entrevistados en noticieros y en documentales. Imposible dejar de ver. Imposible sumergirse en una burbuja de felicidad con una película de Walt Disney con la Cenicienta restaurada o de Steven Spielberg y sus dinosaurios resucitados. La realidad que está afuera es demasiado cercana para ignorarla.
Violencia como tema omnipresente
Y así muchas de las películas en el programa tratan temas alrededor de la violencia en todas sus expresiones y perspectivas. Más allá de la guerra como máxima expresión, por ejemplo, la violencia machista y lo que significa el ejercicio de la masculinidad como en «Manodrome» de John Tregove y con Adrien Bodry y Jessy Eisenberg, o en la terrorífica película japonesa «#Manhole», la violencia femenina en un mundo criminal en «Kill Booksoon», en «The survival of Kindness“ de Rolf Heer y la estupefacción de una serie de personajes en «Roter Himmel“, quienes observan como se va tiñendo de rojo el cielo debido a un gran incendio que no toca fin. Una parábola del cambio climático por el excesivo uso de los recursos del planeta.
Cineastas españolas y el merecido Oso de Oro
Con la película de Estíbaliz Urresola Solaguren sobre la niña transgénero tenemos, al menos, otra temática, cade vez menos tabuizada, que ofrece una ventana de esperanza, cuando padres y familiares cercano aceptan que la identidad de genero no es binaria y que el ser alguien es más que un nombre femenino o masculino. Sin amor o aceptación, es imposible desarrollar la propia personalidad. Este es el mensaje sutil de su película.
En la 72° Berlinale del año pasado, que se realizó con muy poco público y con severas medidas higiénicas, la directora catalana Carla Simón ganó el Oso de Oro con su película «Alcarrás». En esta Berlinale puede que el Oso se lo lleve la joven directora vasca Estíbaliz Urresola Solaguren con su delicada película de las 20.000 abejas.
Claro que sí. La Berlinale es un festival donde Berlín mira al mundo y el mundo, a su vez, ve lo variado que es Berlín en estos días, una ciudad pulsante y variada
Berlinale 2023: descentral y digital
Aunque el centro del festival se ha venido desintegrando en el curso de los últimos años con el cierre de las fabulosas salas de cine del Cinestar en el Sony Center, el cierre temporal de la sala de teatro Friedrichstadtpalast, la drástica reducción de asientos en el cercano Cinemaxx y la expansión a buena parte de la ciudad, la Berlinale sigue conservando su espíritu y su capacidad de transformación.
La venta de entradas exclusivamente vía digital, eliminó por completo aquellas fotos emblemáticas de cinéfilos que se agolpaban frente a las casillas para las ventas de entradas en las Arkaden de la Postdamer Platz.
Con esto la interacción y los diálogos espontáneos entre cinéfilos durante la espera también se diluyó este año. Sin duda, una consecuencia de la pandemia, en el sentido de reducir el contacto interpersonal y por el otro lado, el uso más frecuente de plataformas digitales.
Claro que sí. La Berlinale es un festival donde Berlín mira al mundo y el mundo, a su vez, ve lo variado que es Berlín en estos días, una ciudad pulsante y variada. Además, Berlín es centro del cine con su gran estudio de filmación «Babelsberg » y lugar para rodajes de producciones nacionales e internacionales.