Japón celebra este domingo unas elecciones generales en las que el partido gobernante parte como principal favorito, frente a una oposición que aspira a disputarle su prolongada hegemonía aprovechando el desgaste causado por la pandemia.
Los comicios a la cámara baja de la Dieta (Parlamento nipón), el principal órgano legislativo del país, se presentan como los más inciertos desde finales de 2012, cuando el ex primer ministro nipón Shinzo Abe arrasó en las urnas e instauró un dominio que dura hasta el recién concluido mandato.
La mayoría de sondeos concede ventaja en intención de voto al conservador Partido Liberal Democrático (PLD) de Fumio Kishida, aunque también apuntan a un declive de su amplia mayoría parlamentaria y a un avance del principal bloque de la oposición y de formaciones independientes.
ECONOMÍA Y DESIGUALDADES, PROTAGONISTAS DE CAMPAÑA
Las medidas para revitalizar la tercera economía mundial y para mitigar las desigualdades acrecentadas en la sociedad nipona por el impacto de la pandemia han sido los ejes de la campaña electoral, junto a la estrategia para dejar atrás la pandemia.
Kishida aspira a revalidar su mandato con un programa que aúna crecimiento económico y redistribución de la riqueza, lo que supone un giro respecto al vigente plan conocido como “Abenomics”.
“Reviviremos la economía japonesa y nos aseguraremos de que sus frutos los disfruta todo el mundo, no sólo unos pocos elegidos”, dijo el actual primer ministro este sábado en Saitama, al norte de Tokio, en uno de sus últimos discursos de campaña.
“La oposición sólo habla de redistribución, pero sin crecimiento no habrá nada que distribuir”, dijo Kishida, quien también prometió que promoverá un incremento de ingresos para las clases medias y un aumento de la presión fiscal sobre rentas altas y ganancias de capital.
La principal fuerza de la oposición, el progresista Partido Constitucional Democrático de Japón (PCDJ), viene culpando al partido gobernante de no haber tomado las medidas que ahora promulga pese a llevar casi una década en el poder, y propone medidas fiscales y laborales más ambiciosas para paliar las desigualdades.
“Durante todos estos años hemos hecho propuestas para el cambio de forma continua. Ahora depende de ustedes lograr un cambio”, dijo hoy a los votantes el líder del PCDJ, Yukio Edano, durante un mitin en la ciudad de Kamakura, al sudoeste de Tokio.
EL EFECTO PANDEMIA
Los dos máximos aspirantes a la victoria electoral también difieren en cómo superar de forma definitiva la pandemia, en un momento en que Japón parece tener al virus bajo control.
Kishida promete más plazas hospitalarias específicas para pacientes de coronavirus y comenzar a aplicar en diciembre la tercera dosis de la vacuna, tras haber inmunizado ya a un 71,2 % de la población y con cifras de contagios diarios inferiores al millar en todo el país desde principios de mes.
Edano, quien ha acusado al Ejecutivo de lentitud en su respuesta a la crisis sanitaria y de no escuchar las recomendaciones de los expertos, apuesta por reforzar la autoridad del Gobierno ante emergencias médicas y por aumentar las ayudas para los colectivos más castigados por la pandemia.
La cuarta y peor ola de contagios que afectó a Japón el pasado agosto, coincidiendo con la celebración de los impopulares Juegos Olímpicos de Tokio, fue uno de los factores que precipitó la salida del predecesor de Kishida como primer ministro, Yoshihide Suga, y disparó las esperanzas de la oposición.
Pero las elecciones llegan en un escenario mucho más favorable para el partido gobernante, que recientemente decidió levantar las principales restricciones contra el virus que seguían vigentes.
Las mayores fuerzas opositoras aspiran aún así a sacar rédito de la desconfianza que se ha instalado en parte de la sociedad nipona hacia el Ejecutivo durante la crisis sanitaria, y para ello concurren en bloque frente al PLD, lo que no sucedía desde hace años.
Edano encabeza una alianza que además del PCDJ y otras fuerzas de centro-izquierda incluye al Partido Comunista de Japón con la meta de recortar distancias, mientras que las nuevas formaciones independientes Reiwa Shinsengumi (liberal) y el Partido de la Innovación (nacionalista) parecen encaminados a ampliar su representación.
Los sondeos señalan que entre un 30 y un 40 % de los votantes se mantenían indecisos en la semana previa a los comicios, lo que contribuye a la dificultad de pronosticar los resultados.
EFE