Al presidente Iván Duque le queda un año en el Gobierno. En entrevista con SEMANA, recuerda sus momentos más difíciles y revela sus prioridades antes de terminar el mandato. Habla de las elecciones de 2022, hace varios guiños y lanza pullas políticas.
VICKY DÁVILA: Presidente, déjeme empezar por su seguridad. Después de conocerse varios planes para asesinarlo, ¿qué piensa?
IVÁN DUQUE: Vicky, tengo plena confianza en el equipo de seguridad, pero también tengo fe en Dios, en la Virgen de Chiquinquirá, y todos los días les pido que me cuiden. No soy el único presidente de Colombia que ha tenido ese tipo de amenazas. Obviamente, recuerdo cuando estaba viviendo en mi residencia personal que el equipo de seguridad identificó que los Comba querían comprar el apartamento de abajo para hacer una explosión. Eso nos llevó a vivir aquí en la Casa de Nariño. También, en enero de 2019, encontraron a tres hombres con fusiles de largo alcance justo en el lugar donde yo iba a estar al día siguiente. Después, el exfiscal Néstor Humberto Martínez nos advirtió de dos francotiradores en el Cauca. El año pasado tuvimos información de dos francotiradores que venían del exterior, que posiblemente iban a tratar de atentar, y lo que ocurrió recientemente llegando a Cúcuta. Tenemos siempre que ir adelante en la inteligencia, y, para mí, lo importante es tener fe en Dios y seguir cumpliendo mi deber.
V.D.: En Cúcuta uno de los disparos estuvo a 4 centímetros del rotor. Eso hubiera podido haber terminado en una tragedia. ¿Lo ha pensado?
I.D.: Pues lo pensé ese día, sobre todo cuando aterrizamos y se activó el protocolo de seguridad. Cuando después tuve la oportunidad de ver los impactos de bala, me di cuenta de que el riesgo fue muy alto. Los impactos iban al lado donde me siento, y creo que ellos estaban tratando de introducir las balas en la cabina central, donde hubiéramos, de pronto, visto morir a varias personas. Obviamente, si se golpea el rotor trasero, pues lo más seguro es que el helicóptero se hubiera ido al piso.
V.D.: Cuando descendió del helicóptero, pensó ¿qué tal que hubiera pasado?
I.D.: No inmediatamente, pero al rato sí. Se activó el protocolo. En los momentos difíciles soy muy tranquilo.
V.D.: A mí me dicen que a usted no le gusta mucho hablar de la muerte.
I.D.: Odio hablar de la muerte, porque no me gusta invocarla. La muerte que esté lejos.
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