“Mientras fuegos artificiales iluminaban los cielos celebrando Año Nuevo, un tipo diferente de fuego vino de Gaza: cohetes terroristas siendo lanzandos hacia Israel. En respuesta, atacamos sitios de Hamas en Gaza, incluyendo un sitio de fabricación de cohetes y puestos militares”, informaron las Fuerza de Defensa de Israel.
Así, el ejército confirmó haber bombardeado posiciones de Hamas en el sur de la Franja de Gaza entre la noche del sábado y domingo, como represalia por el lanzamiento de cohetes desde el enclave palestino.
“Aviones de combate israelíes atacaron un sitio de las brigadas Al Qasam (brazo armado de Hamás) al oeste de Jan Yunes”, una ciudad en el sur de la Franja de Gaza, precisaron a AFP fuentes de seguridad palestinas. Indicaron que también se lanzaron tiros de artillería sobre una base de observación del movimiento islamista en el norte del enclave.
El operativo israelí destruyó una instalación de fabricación de cohetes y a otros emplazamientos militares, y se centró en la zona de Khan Younis, en el sur del enclave.
El intercambio se produce tras varios días de tensiones que comenzaron cuando francotiradores dentro de Gaza dispararon contra contratistas israelíes que realizaban tareas de mantenimiento en la valla fronteriza de 65 kilómetros que rodea el enclave. Un trabajador civil fue atendido por heridas leves a causa de ese ataque. Los tanques israelíes dispararon contra posiciones de Hamas en respuesta, causando heridas leves a tres personas, según el Ministerio de Sanidad palestino.
A primera hora de la mañana de Año Nuevo, se dispararon dos cohetes desde Gaza, que sobrevolaron el mar Mediterráneo, donde no causaron daños ni avisos de ataque aéreo en las comunidades israelíes, aunque uno de los proyectiles cayó no muy lejos de la costa de Tel Aviv. .
“Hamas es responsable y asume las consecuencias de toda la actividad en la Franja de Gaza y que emana de ella”, dijo el ejército en una declaración tras los ataques.
El aumento de las tensiones se produce cuando Israel y Hamas están negociando, con la mediación de Egipto, un acuerdo de paz duradero. Pero las conversaciones se han empantanado por cuestiones como la devolución de los prisioneros y los restos humanos que están en manos de Hamas, entre otras.
Los analistas militares afirmaron que el ataque de los francotiradores y el lanzamiento de cohetes pueden ser intentos de Hamas u otros militantes de Gaza para presionar a Israel a fin de que acelere el ritmo de la reconstrucción y alivie otras restricciones en el enclave.
Los terroristas de Gaza también advirtieron que intensificarían los ataques en medio de las informaciones de que un prisionero palestino retenido por Israel estaba en peligro de muerte tras una prolongada huelga de hambre. Hisham Abu Hawash fue detenido hace más de un año bajo la sospecha de ser un activista de la Yihad Islámica, según los medios de comunicación israelíes. Se ha negado a recibir alimentos durante casi 20 semanas.
Lo que está en juego, según los analistas, es un periodo inusualmente largo de relativa calma a lo largo de la frontera de Gaza, donde el intercambio de cohetes y los ataques de represalia son una parte rutinaria de la vida tanto para los gazatíes como para los israelíes de las ciudades circundantes.
Sin embargo, desde que un alto el fuego puso fin a la guerra en mayo, casi no se han lanzado ataques por ninguna de las partes. Los líderes militares y políticos se han jactado en las últimas semanas de haber alcanzado un nivel de disuasión en Gaza, una afirmación puesta en duda por los recientes intercambios.
Con información de AFP ty The Washington Post