Desde el pasado miércoles 9 de agosto, el condado de Maui en las islas de Hawai han sufrido con un incendio forestal que ha arrasado con más de 1.000 estructuras entre casa y complejos turísticos, históricos y religiosos y a cobrado la vida de, hasta ahora, 53 personas aunque esta cifra puede aumentar con el correr de los días.
El histórico pueblo de Lahina quedo arrasado bajo las llamas, se han encontrado cuerpos carbonizados dentro de vehiculos que trataban de escapar pero quedaron atascado en el tráfico, y todo fue tan rapido que no hubo tiempo para salir.
El gobernador, Jhos Green, afirmó “Lahaina, con algunas raras excepciones, se ha incendiado” y visiblemente emocionado solo pudo de cir «estamos desolados».
El número oficial de muertos de 53 hasta el jueves convierte a este en el incendio forestal más mortífero de EE. UU. desde el Camp Fire de 2018 en California, que mató al menos a 85 personas y arrasó la ciudad de Paradise. Sin embargo, el número de muertos en Hawái podría aumentar a medida que los rescatistas lleguen a partes de la isla que habían sido inaccesibles debido a los tres incendios en curso, incluido el de Lahaina que estaba contenido en un 80% el jueves, según un comunicado de prensa del condado de Maui. Decenas de personas han resultado heridas, algunas de gravedad.
La causa d e estos incendios forestales, que no son inusuales en estas islas, son los vientos del huracán Dora que pasó bastantes al sur, esto combinado al clima caluroso que este verano ha tenido temperaturas verdaderamente extremas.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Baiden, ha declarado el Estado de catástrofe y ha desviado fondos especiales para comenzar las reconstrucción, pero más allá del valor monetario está el histórico patrimonial que es muy difícil de suplantar