Daiane dos Santos, una de las figuras de la gimnasia en Brasil e ídolo de la hoy subcampeona olímpica Rebeca Andrade, destacó este jueves que fuera precisamente una negra la primera mujer en colgarse una medalla olímpica en un país en donde este deporte era desaconsejado a los negros.
Andrade, de 22 años y que llegó a Tokio tras superar tres cirugías en la rodilla, conquistó este jueves la medalla de plata en el concurso completo de gimnasia femenina, superada por solo 135 milésimas por la estadounidense Sunisa Lee (oro), y se convirtió en la primera mujer medallista olímpica de la historia de Brasil y de toda Iberoamérica.
“Es una negra y eso es muy fuerte en Brasil”, afirmó la famosa exgimnasta de 38 años, también negra, nueve veces campeona mundial y que disputó los Juegos Olímpicos de Atenas, Pekín y Londres sin subir al podio, durante la transmisión que hizo de la competición como comentarista de la red de televisión Globo, la de mayor audiencia del país.
“No estamos hablando de atletismo sino de gimnasia artística. Durante mucho tiempo dijeron que los negros no podían ser gimnastas, que los negros no podían practicar ciertos deportes, y que una niña negra consiga la primera medalla tiene una representatividad muy grande”, agregó Dos Santos, la primera gimnasta brasileña, incluyendo hombres, en conquistar un oro en un Campeonato Mundial.
Las declaraciones de la exgimnasta tuvieron una inmediata y amplia repercusión en las redes sociales en Brasil, país en donde más de la mitad de la población se declara afrodescendiente pero en el que subsiste históricas desigualdades raciales y discriminación.
Rebeca “es una mujer que procede de un hogar humilde; fue criada solo por su madre, porque su padre está vivo pero siempre fue ausente; aguantó de todo; aguantó hasta graves lesiones. Y hoy es la segunda mejor gimnasta del mundo, una brasileña”, agregó la ídolo de la subcampeona olímpica.
Pese a tratarse de un resultado inédito para los gimnastas negros en Brasil, las estadounidenses Gabby Douglas y Simone Biles, dos negras, fueron respectivamente las campeonas olímpicas en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Andrade, sin embargo, le restó peso a su raza en la entrevista que concedió tras colgarse la medalla. “Soy negra pero represento a todo el mundo: negro, blanco, mulato, todos los colores, verde, azul, amarillo. En el deporte no tiene que existir eso. Uno representa a todo el mundo”, dijo.
Entre las internautas que celebraron la medalla de Andrade y el discurso de Dos Santos destacó la veterana cantante Elza Soares, una importante representante del movimiento negro en Brasil.
“Es un pecho negro el que carga la primera medalla de la gimnasia olímpica brasileña. Es la favela ofreciéndole un baile al mundo. Es Rebeca Andrade, niña negra, de origen humilde, criada por madre sola, guerrera, otra brasileña como tantas de nosotras. Es una bofetada muy bien dada en la cara del racismo”, afirmó Soares en un mensaje en sus redes sociales.
Antes de colgarse la plata, la brasileña tuvo que pasar tres veces por el quirófano por roturas de ligamento en la rodilla izquierda. La primera, en 2015, la sacó de los Juegos Panamericanos y le causó tanto dolor que llegó a pensar en retirarse, una idea que dejó atrás gracias al apoyo de su familia, su equipo y sus amigos.
La lesión se repitió en 2017 y nuevamente en 2019 y sus esperanzas de continuar con el deporte llegaron a desvanecerse. Ese año, la joven perdió la oportunidad de asistir a los Mundiales de Stuttgart (Alemania).
Andrade creció en un humilde hogar en Guarulhos, un municipio de la zona metropolitana de Sao Paulo, junto con siete hermanos y bajo el cuidado de su madre que conseguía el sustento de su familia con trabajo doméstico.
EFE.