Los 12 hospitales públicos más grandes de Caracas no tienen servicio de agua potable permanente para atender a los pacientes. En aquellos de referencia nacional, llega apenas unas horas. No importa el apremio de la dolencia ni la COVID-19 persistente ni el número de personas que buscan asistencia médica.
La falta de agua potable las 24 horas del día se convierte en una emergencia inminente. Y para el personal de salud y pacientes de cada hospital, esto se hace evidente: aún con nuevos pozos y tanques llenos en los pisos, no se disuelven los riesgos de contaminación.
Mientras unos centros de salud han limitado el acceso al área de Emergencia por carencia de suministro, además de insumos y medicamentos, como periféricos, otros han suspendido parcial o totalmente varios servicios. Como el de Diálisis, por ejemplo.
“Se está mermando cada vez más la atención asistencial por la falta de agua, y lo peor es que el número de pacientes crece”, dijo una enfermera del Hospital Domingo Pérez Carreño, ubicado en el noroeste de la capital, al cual migra la demanda de atención en varias especialidades, que proviene de otros hospitales en estado más precario. Uno de estos es el Hospital Universitario de Caracas.
Mujeres, niñas y adolescentes sin agua potable
En Caracas, la ausencia del servicio de agua permanente es cruenta en mujeres, adolescentes y niñas, particularmente.
En la Maternidad Concepción Palacios, donde existe un centro de atención nutricional que atiende a mujeres embarazadas, niños, niñas y adolescentes con riesgo de desnutrición, es una referencia.