Isabella Guzmán tenía 18 años cuando la policía la acusó de haber matado de una forma brutal a su madre, Yun Hi Moy, después de apuñalarla hasta 78 veces en la cara, el cuello y el torso en su vivienda de Aurora, al este de Denver (Estados Unidos). El padrastro estaba en casa en ese momento, y cuando acudió a la escena del crimen, encontró a Isabella con un cuchillo, de pie y al lado del cadáver de Yun, que yacía en el suelo.
Por La Razón
Los hechos que conmocionaron a Estados Unidos ocurrieron en 2013. Cuando fue pillada, Isabella huyó de la casa y se ocultó para no ser detenida, pero sería arrestada al día siguiente. La adolescente y la madre habían tenido una “pequeña” pelea conyugal. Tras la disputa, Isabella le mandó un correo a la mujer de 47 años en el que le amenazó y le dijo que “pagaría” por el desacuerdo. Al día siguiente, Yun estaba bañándose cuando su hija le atacó con un arma blanca en numerosas ocasiones.
En verano de 2014, los médicos aseguraron que Isabella padecía esquizofrenia y había sufrido delirios muy perturbadores durante años. Ella no creía que estaba matando a su madre, sino a una supuesta mujer llamada Cecellia para salvar el mundo. Así, el entonces fiscal aseguró que permanecería en el hospital estatal hasta que ya no fuera una amenaza para ella o la comunidad.
A principios de este año, siete años después, la adolescente dijo “estar preparada” para volver a la sociedad, además de confesar que había sido abusada sexualmente por un empleado en el hospital.
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