Un equipo de rescate encontró este lunes el cadáver del segundo de los mineros polacos atrapados en un derrumbe subterráneo el pasado sábado.
Según un comunicado de la empresa Polska Grupa Górnicza (PGG), propietaria de la explotación carbonífera de Bielszowice (sur), donde ocurrió la tragedia, el cuerpo aún no ha podido ser sacado a la superficie.
“Sólo cuando se logre sacar al trabajador del lugar donde se encuentra, podrá hacerse oficial su muerte por parte de un médico”, dice el comunicado de PGG.
El minero de 42 años fue sorprendido, junto a otros dos compañeros, por un derrumbe ocurrido a unos 780 metros de profundidad.
Uno de los obreros consiguió escapar del accidente ileso, mientras que otro hubo de esperar más de 24 horas para ser rescatado el domingo, con algunas contusiones y una pierna rota.
Dos grupos de unas 20 personas cada uno estuvieron trabajando sin cesar desde que ocurrió el derrumbe en “condiciones muy difíciles, avanzando centímetro a centímetro” y retirando las rocas a mano por temor a provocar nuevos movimientos de tierra, según informó la empresa.
El accidente tuvo lugar en la galería Bielszowice, parte de la mina “Ruda”, una de las más emblemáticas de Silesia (sur), región tradicionalmente dedicada a la minería.
Las labores de rescate tomaron como referencia el último punto desde el que se recibió una señal del transmisor que portaba el minero fallecido, pero en la aproximación de rescate hubo que cubrir un área de varios metros alrededor de ese lugar.
Se trata de la primera víctima mortal en la minería polaca desde que en 2018 un accidente similar costara la vida a cinco trabajadores en la mina de Jastrzebie-Zdrój, situada también en la región de Silesia.
EFE.