Tras los anuncios de los entes financieros, como la Superintendencia Financiera con su plan de Open Data proyectado al 2026, los bancos revisan su capacidad para compartir información.
El sector bancario vive una transformación desde hace más de cinco años, cuando las tasas de bancarización se dispararon. De acuerdo con la Banca de las Oportunidades, desde el 2018 el país ha incrementado sus tasas de personas con acceso a productos financieros, en gran parte impulsadas por la digitalización de los productos.
Ese uso digital de los canales y los productos abrió la puerta para que el sector se preguntará por sus capacidades en el mundo virtual. Inicialmente, por lo robusto de sus productos y medios de atención digital. Es por eso que, según datos de Finnovista, para el 2022 la industria fintech se posicionó como la tercera más grande en el mercado de la región, y creció cerca del 20% con respecto al 2021.
Ante este crecimiento, el sector financiero ha planteado desde el año pasado nuevas rutas de negocio que imponen retos de infraestructura de transporte y de análisis de datos. Los nuevos modelos de Open Data y la nueva modalidad del cobro del impuesto 4X1000 han creado el reto del suministro de información en tiempo real entre entidades de la industria y con instituciones estatales.
“La aparición de estos retos es una buena noticia para el país, pues indica que el mercado financiero y bancario avanza por caminos que han transitado grandes economías, como la del Reino Unido”, comentó José Luis López, CEO y cofundador de Finerio Connect, una fintech experta en Open Finance y Data Analytics que ha asesorado a distintos países a nivel Latam.
Los retos en la infraestructura digital se refieren a la capacidad de software y de API’s para mover la información, con el agravante de que en algunos casos debe ser en tiempo real. Adicionalmente, tiene en cuenta todo lo relacionado con la ingeniería de datos, desde el alojamiento hasta el tratamiento.
“La clave para el éxito de estas implementaciones está en tener una solución robusta, que integre una agregación bancaria probada con una infraestructura digital que ya haya funcionado en otros países, como la de Ozone API, con quien tenemos una alianza que se ha implementado en varios países de la región”, aseguró López.
De esta manera, el sector financiero y bancario apunta a integrarse a los modelos de negocio internacionales que han sido probados con éxito al apalancarse en soluciones digitales que mejoraron tanto los resultados de las compañías, como la vida financiera de las personas al hacer más competitivo el producto.
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