La economía de Venezuela ha estado “igualita” tras la última reconversión monetaria implementada en octubre pasado por el gobierno de Nicolás Maduro, critica Edgar Olivares, un venezolano de 63 años dedicado a la reparación de refrigeradores en el occidente del país.
Por Gustavo Ocando Alex / vozdeamerica.com
“La disfrazaron. Creen que con quitarle los ceros volvieron a la época de hace 30 años. No ha funcionado para nada. Eso ha facilitado el modo de sacar las cuentas, pero a la hora de la chiquita, los servicios van pa’ arriba”, lamentó.
La opinión de Olivares, que trabaja en la populosa urbanización de San Jacinto, Maracaibo, parece ser eco de muchos.
Según el poder ejecutivo que encabeza Maduro desde 2013, la reconversión facilita las transacciones y repotencia al bolívar borrándole seis ceros a su denominación.
La decisión, sin embargo, no se ha traducido en mayor disponibilidad de dinero en efectivo o mejores precios en los mercados.
Elizabeth Zapata, licenciada en bioanálisis, de 56 años, quien ayuda con las facturaciones en el laboratorio privado donde trabaja, dice que los nuevos billetes le han dado problemas al momento de cobrar a sus clientes.
“Esos billetes me han traído dificultades. Ellos consiguen, pero es un rollo, porque quieren cancelarme una parte en esos billetes y otra con dólares. Por un lado, le quitaron ese poco de ceros (al bolívar), por ahí el gobierno hizo algo positivo, pero ese ‘quita y encoge’, no me gusta”, reprochó.
La de octubre fue la tercera reconversión monetaria en el país suramericano en los últimos 13 años. Los gobiernos de Hugo Chávez, en 2008, y de Maduro, en 2018 y 2021, extirparon un total de 14 ceros al valor nominal de la moneda nacional.
Escasez de medios de pago
La vicepresidenta del gobierno venezolano, Delcy Rodríguez, aclaró en septiembre que la reconversión monetaria no afectaría en absoluto el valor del bolívar, mermado desde 2013 por una crisis aguda, que, entre otros rasgos, acaba de sumar este noviembre cuatro años al hilo de hiperinflación.
“No va a valer más, no va a valer menos. Es solamente una escala monetaria que estamos aplicando, suprimiendo seis ceros para facilitar las transacciones”, explicó entonces la segunda al mando del poder ejecutivo de Maduro.
El nuevo “bolívar digital”, como lo apodó el Palacio de Miraflores, ha tenido su impacto fundamentalmente en el ámbito de los pagos electrónicos, dijo Manuel Sutherland, economista y miembro del Centro de Investigación y Formación Obrera, en entrevista con la Voz de América.
“La mayoría de las personas no ha visto ni siquiera billetes de la nueva reconversión del nuevo bolívar digital. No ha solucionado ninguno de los problemas de la falta de medios de pago físicos, la falta de monedas y billetes, que es extremadamente fuerte en sectores donde la gente no posee teléfonos inteligentes, ni tiene capacidades para hacer pagos digitales”, advirtió.
El nuevo cono monetario incluye cinco billetes —de 5, 10, 20, 50 y 100 bolívares— y una moneda de un bolívar. El billete de menor denominación tiene un valor similar a un dólar, pues el tipo de cambio oficial en Venezuela de este viernes es de 4,4 bolívares por divisa estadounidense. Sirve para comprar un kilo de harina o de arroz.
El de mayor denominación, el de 100 bolívares, tiene un valor cercano a los 22 dólares. La canasta alimentaria de una familia de cinco integrantes cuesta 343,7 dólares, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, de tendencia opositora.
Maduro dijo recientemente que inició “un nuevo tiempo de crecimiento productivo” en el país. Firmas internacionales como Credit Suisse y EMFI hablan del crecimiento del producto interno bruto nacional en 2021 y de la recuperación de la producción petrolera por primera vez desde 2013.
Economistas como Henkel García y Asdrúbal Rivero matizan esos pronósticos, al hablar de un punto de inflexión de la economía tras años de contracción.
Sal y agua
Sutherland, por su lado, insiste en que la reconversión monetaria facilitó la contabilidad y el manejo diario de las operaciones económicas, pero no ha logrado subsanar el problema de la escasez de medios de pago.
“Debió venir con un plan de estabilización económica de amplio calado para combatir la crisis, el déficit fiscal y que prometa el control de la hiperinflación, que destruyó el cono monetario pasado. Eso no ha sucedido”, apuntó.
Denuncia que la nueva reconversión supone una violación de los derechos económicos y sociales de la población venezolana, pues, precisa, la cantidad de billetes y monedas disponibles es menos “palpable” que en las dos anteriores.
La medida del gobierno de Maduro tampoco alivió los precios de bienes, productos y servicios. “No ha sido positivo, porque cada vez que uno sale al mercado a comprar, las cosas están más caras y se le hace a uno más difícil”, señaló a la VOA María Elena Velásquez, una ama de casa de 58 años.
Sutherland destaca que, por el contrario, hubo aumento de precios en las fechas cercanas a la entrada en vigor de la reconversión, el 1 de octubre pasado.
“Los precios de algunos bienes, por el redondeo (del valor del bolívar), fueron incrementados. También, ocurrió con los pasajes del transporte público o el diésel subsidiado. Otros servicios, como el gas, que eran muy baratos, se incrementaron. Eso tendió a mermar los ingresos de muchos”, destacó.
Firmas privadas, como Ecoanalítica, reportan que cerca del 70% de las transacciones comerciales en el país suramericano se hacen con divisas, mientras que el salario mínimo oficial es de menos de dos dólares y los sueldos mensuales del sector privado rondan los 70 dólares, en promedio.
Los pocos ingresos de venezolanos como Ernesto Consuegra, de 59 años y de Maracaibo, desempleado y con “trabajo ocasional”, se antojan insuficientes en tiendas de víveres o en centros comerciales, donde los precios suelen estar reflejados en dólares en vez de en bolívares.
“Uno va al supermercado y el dinero se vuelve sal y agüita. No alcanza para nada. Esa reconversión es más de lo mismo. Los pocos que tenemos algo de ahorros en entidades bancarias nos fuimos a pique, no le vimos el fruto”, lamentó.