Solo quedan vestigios de lo que alguna vez fue el gran orgullo de la revolución bolivariana. Aquellos dispuestos a bajar la cabeza ante los intereses de la directiva del Psuv pueden formar parte de la coalición chavista
Por: Valentina Gil
Cuando el fallecido expresidente Hugo Chávez se lanzó a la presidencia por primera vez en 1998, lo hizo junto con el Polo Patriótico (PP). En aquel entonces, la alianza, encabezada por el Movimiento Quinta República (MVR), contaba con el Movimiento al Socialismo (MAS), Patria Para Todos (PPT) y Partido Comunista de Venezuela (PCV), entre otros movimientos.
La coalición tuvo su mejor momento en 2006, cuando agrupó hasta 25 organizaciones para las elecciones presidenciales. A la causa se sumaron agrupaciones como Unidad Popular Venezolana (UPV) -de la fallecida dirigente oficialista Lina Ron-, Podemos, movimiento Tupamaro y Redes de Respuesta de Cambios Comunitarios (Redes), de Juan Barreto.
En vísperas de las elecciones presidenciales de 2012, el GPP pasó a llamarse Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GppSB). El nombre no fue lo único que cambió. El número de organizaciones aliadas bajó a 11, con el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) a la cabeza.
Con la muerte de Chávez y la candidatura de Nicolás Maduro a las presidenciales de 2013, la cantidad de partidos del GppSB aumentó a 14. Sin embargo, bajó nuevamente a 11 para las parlamentarias de 2015, en las que ganó la oposición.
Cuando el amor se acaba
En agosto de 2020, surgió la Alianza Popular Revolucionaria (APR), compuesta por el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y fracciones del PPT, del movimiento Tupamaro y de la Unidad Popular Venezolana (UPV), además de otros grupos independientes.
Rafael Uzcátegui, secretario general del PPT, quien forma parte de APR, asegura que el Psuv tomó un rumbo distinto al que planteó Hugo Chávez.
“Derribaron el control cambiario y el control de precios. Liquidaron el salario y los derechos laborales. Nicolás Maduro renunció a que los trabajadores sean el sujeto histórico. Ahora lo es la burguesía revolucionaria”.
Si bien estos partidos de izquierda formalizaron la ruptura con el GppSB el año pasado, Perfecto Abreu, miembro del buró político del PCV, asegura que el deslinde con el Psuv data desde la llegada de Nicolás Maduro al poder.
Cuando el mandatario lanzó su candidatura presidencial, firmó acuerdos con el PCV y el resto de los partidos que ahora conforman la APR.
Sin embargo, las promesas de participación en los planes políticos del Estado quedaron en el aire. La situación se repitió en 2018, cuando la tolda roja buscó el apoyo del PCV, el PPT y otros partidos minoritarios para la reelección de Nicolás Maduro. El Psuv se comprometió a crear un Frente Antiimperialista, pero no cumplió.
En consecuencia, el PCV decidió construir un bloque que agrupara las fuerzas revolucionarias, movimientos obreros, comunales, campesinos, entre otros, para construir un programa de gobierno “verdaderamente socialista”.
Acciones legales
Como era de esperarse, a la tolda roja no le cayó bien la división de su “alianza perfecta”, mucho menos con las parlamentarias a la vuelta de la esquina. Entonces, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en sus sentencias 119 y 122, ordenó remover las juntas directivas del PPT y Tupamaro.
Se designó a Ilenia Medina como secretaria nacional de PPT. De igual forma, se nombró a Lisett Sabino y Beatriz Barráez como secretarias generales regionales. Hipólito Abreu, actual ministro de Transporte, recibió la directiva de Tupamaro.
Al igual que con las intervenciones a Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ) y Voluntad Popular (VP), el máximo juzgado les permitió a las directivas ad hoc “utilizar la tarjeta electoral, el logo, símbolos, emblemas, colores y cualquier otro concepto propio”.
Un año después, la situación no ha cambiado para estos antiguos aliados del Psuv. De acuerdo con el secretario general de PPT, han hecho todas las diligencias jurídicas para revertir la decisión. Acudieron al TSJ, a la Defensoría del Pueblo e incluso al Consejo Nacional Electoral (CNE). Aún esperan respuesta.
“Como nosotros no nos vamos a alzar en armas, estamos acudiendo y ejerciendo el derecho como nos corresponde. Hemos ido agotando todas las vías. Hace como 20 o 25 días metimos un recurso en la Sala Plena, pero el juego está trancado. El TSJ sigue radical. No te notifica, no se cumplen los lapsos procesales. La justicia no está funcionando en este país”, aseguró Uzcátegui al Guachimán Electoral.
Tampoco el alto mando del Psuv ha establecido contacto con la APR para arreglar las diferencias. Su última conversación, según Abreu, fue antes de las parlamentarias de 2020, cuando aún participaban en el GppSB.
“Cada vez que venían unas elecciones, nos reuníamos. Nosotros fuimos con los altos dirigentes del Psuv y nos preguntaron qué aspirábamos para esas elecciones. Dijimos que lo que queríamos era discutir la política. Por supuesto, ya ellos tenían un rumbo diferente y no hubo más contacto”, agregó.
Expectativas para el #21Nov
Así como en las parlamentarias 2020, la APR postulará candidatos para las elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre. La tarjeta del partido del gallo rojo recibirá los votos que consigan los abanderados.
El año pasado, la APR llegó de última en la carrera por una curul en la Asamblea Nacional. Obtuvo 170.144 votos en la lista de adjudicación nacional, lo cual permitió que Óscar Figuera, el primero en la lista, se convirtiera en el único diputado de la alternativa durante el periodo 2021-2026. El casi 70% de abstención y la pérdida de votos que registró el Polo Patriótico en el evento electoral del 6 de diciembre favoreció a la tarjeta del PCV.
Por ahora, tienen fichados a Eduardo Samán (el municipio Libertador), Nerio Galbán (La Guaira), Antonia Muñoz (Portuguesa), José Gazcón (Delta Amacuro), Félix Velázquez (Miranda) y Aldemaro Sanoja (Barinas), quienes irán contra Carmen Meléndez, José Terán, Antonio Cedeño, Lizetta Hernández, Héctor Rodríguez y Argenis Chávez, del Psuv, respectivamente.
“En APR, las candidaturas las están aprobando por unanimidad. Hasta ahora, creemos que el gobierno va a respetar las leyes y los derechos democráticos de las organizaciones políticas y de los ciudadanos. Pero estamos conscientes del ventajismo que tienen. Aquí los recursos del Estado se utilizan como mejor le convenga a un gobernador o a un alcalde”, sentenció Abreu.
Igualmente, los militantes de APR creen que el Psuv los atacará de la misma forma que lo hizo el año pasado. Además de las intervenciones, la alianza denunció en su momento que sus candidatos fueron excluidos del Sistema Bolivariano de Comunicación e Información.
También reclamaron que varios de sus trabajadores han sido despedidos de entes públicos y que sus voceros, en algunos casos, fueron agredidos físicamente por simpatizantes de Nicolás Maduro.
Asimismo, el mandatario los calificó como “habladores de gamelote del infantilismo divisionista y falsa izquierda”. Incluso, tapó intencionalmente la tarjeta del PCV durante su explicación sobre cómo votar en las parlamentarias 2020, transmitida a escala nacional.
Es importante resaltar que el fallecido expresidente tuvo el mismo trato despótico hacia estos “micropartidos que no llegan al 1 % en las encuestas”, como afirmó en 2008. Sin embargo, el PPT y el PCV toleraban los malos tratos porque estaban de acuerdo con la idea de socialismo de Hugo Chávez.
Es por ello que, tanto Uzcátegui como Abreu, no ven posible una reconciliación con el Psuv. A juicio de ambos, la política que tiene la administración de Nicolás Maduro, en la que anteponen “los intereses del gran capital” por encima de los derechos de la clase obrera, no va a regresar a lo que planteó Chávez originalmente. Por lo tanto, la brecha, no se sabe si electoral, será aún mayor.