“La Transición Energética: implicaciones y compromisos para Venezuela”, es el nuevo documento que el Grupo Orinoco presenta al país con un urgente llamado de alerta a todo el liderazgo nacional a fines de asumir y ejecutar de inmediato los compromisos internacionales y nacionales que implica la Cuarta Revolución Industrial.
En dicho documento, el Grupo Orinoco expone con detalles la inevitable ruta que deben recorrer los venezolanos para afrontar la Transición Energética que vive la humanidad, llegando a tres muy precisas conclusiones:
1. Los venezolanos debemos asumir y aceptar que la Transición Energética implica un proceso mundial inescapable. Nos corresponde aumentar nuestra capacidad de previsión al respecto, utilizando eficientemente nuestro capital económico, aprovechando las ventajas naturales que tenemos y haciendo uso del mejor talento disponible.
2. Al Estado venezolano le corresponde orientar a la sociedad sobre lo que este proceso implica, lo cual es todo lo contrario de lo que hasta ahora ha hecho. Liderar nuestra Transición Energética deberá ser tarea prioritaria para el gobierno que surja después de un cambio para retornar al sistema democrático.
3. La Transición Energética es un camino que requiere la participación y el compromiso activo, audaz, innovador y sostenido en el tiempo de todos los agentes políticos, económicos y sociales de una nación. Tenemos ante nosotros un reto muy serio, pues los venezolanos ya deberíamos tener definida la ruta de nuestra Transición Energética.
Para el Doctor Arnoldo Gabaldón, coordinador del Grupo Orinoco, “todos los venezolanos deben participar en este proceso y prepararse para asumir los cambios que esta transición conlleva, utilizando de manera sostenible el capital natural con que se cuenta, las ventajas naturales que tenemos y haciendo uso del mejor talento disponible, para así generar cada día más capital económico para brindar oportunidades crecientes que permita que los venezolanos eleven el capital humano”.
El Comunicado entregado a los medios de comunicación señala que la economía venezolana depende principalmente de las exportaciones de petróleo y sus derivados al resto del mundo, cuya magnitud tenderá a disminuir a medida que decaiga la demanda global de hidrocarburos como inevitable efecto de la transición energética. “En consecuencia, nos veremos obligados a realizar un complejo reajuste de nuestra economía productiva, que permita generar ingresos externos y dinamismo interno suficientes para volver a crecer sostenidamente y detener el incremento de la pobreza que hemos vivido por cuatro décadas, además de adaptar nuestro sistema de aprovisionamiento energético interno a nuevas fuentes que atiendan la creciente demanda que impondrá el progreso al cual aspiramos y merecemos”.
Le corresponde a Venezuela, en un corto plazo, recuperar la eficiencia, capacidad de producción y redes comerciales de la industria de hidrocarburos, desde la situación de casi parálisis en que se encuentra actualmente. “Para ello el país dispone de ricos yacimientos, de talento humano y de experiencia internacional a los fines de aprovechar la ventana de tiempo disponible antes de que concluya la transición energética. Este proceso demandará cuantiosas inversiones provenientes de inversionistas privados, nacionales y foráneos, requiriéndose, por lo tanto, recuperar su confianza en nuestras instituciones a través de reformas y políticas públicas adecuadas”, concluyó Gabaldón.
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