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Intensas manifestaciones desde que comenzó el 2023 han “encendido” las calles del país en espera de una respuesta concreta por parte de la cúpula chavista ante la destrucción del poder adquisitivo y la creciente inflación que no da tregua.
Y es que, desde marzo pasado que el régimen de Maduro no reajusta el sueldo mínimo de 130 bolívares, que al cambio actual equivalen a apenas unos 6 dólares, mientras que el precio de la canasta básica de alimentos se estima en unos 370 dólares según cálculos del Observatorio Venezolano de Finanzas, que registró una inflación anual de 305%.
En este sentido, este lunes 30 de enero las calles volvieron a ser testigo de un clamor nacional que busca una respuesta inmediata por parte del régimen de Nicolás Maduro.
En este sentido los estados Barinas y Apure de la región llanera tomaron las calles de manera pacífica para atender al llamado de protestas de este lunes 30 de enero en todo el país.
Los docentes rechazaron el intento de Nicolás Maduro de “judicializar el conflicto educativo”, dijeron, y el presidente del Sindicato Unitario del Magisterio (Suma), Wilmer Flores, expresó que la respuesta está en las escuelas desde Arismendi hasta El Cantón, donde no se incorporaron a clases.
El oriente del país también se sumó a la protesta nacional de este lunes 30 de enero exigiendo salarios justos y no “bonos ni bolsas del Clap”.
Los distintos gremios del país no descansan y mantienen su lucha de varios años, un salario digno y mejores condiciones laborales, una voz que retumba en cada rincón del país en el inicio del año 2023 y que espera ser escuchada por el régimen de Nicolás Maduro.