Freddy Junior Medrano vivía alquilado junto a su esposa en Maturín, pero la dura situación económica del país lo empujó a moverse hasta una zona minera al sur del estado Bolívar. Freddy apenas tenía dos días en El Callao.
Pableysa Ostos // Corresponsalía lapatilla.com
“Él jamás ha sido hombre de estar sin hacer nada, las personas que lo conocen pueden dar fe de eso. Siempre le han gustado las cosas buenas, vestirse bien, comer bien. Por tal motivo, tomó la decisión de irse. Nosotros nunca dejamos de comunicarnos estando él allá; al contrario, la comunicación era más constante”, relató Victoria Useche, esposa de Freddy.
La mujer relató que el domingo 25 de septiembre estaban hablando vía WhatsApp, como lo hacían siempre. “A eso de las 10:24 de la noche, me dijo que iba a salir a buscar una comida para cenar. Fue en ese momento que agarró una cola y cuando venían de regreso, los chocaron -al parecer unos funcionarios- y los tumbaron de la moto. Freddy quedó en un sitio donde había cámaras, de las cuales se llevaron las grabaciones”.
Useche aseguró que la comunidad es testigo de “cuando se lo llevaron con vida, lo golpearon y lo arrastraron”. La mujer relató que esa noche no supo más nada de él, lo cual le pareció extraño. “Pero jamás pensé algo malo, solo que pudo haber sido el wifi”.
Las alarmas empezaron a encenderse cuando al día siguiente, el último mensaje que ella le envió ni siquiera le llegó. A eso de la 1:00 de la tarde, estando en su casa en Maturín lista para almorzar, recibió la fatídica llamada desde El Callao: su esposo había sido asesinado.
La versión oficial señala que Medrano y otro hombre identificado como Cruz Romero fallecieron a manos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) el lunes 26 de septiembre.
En la minuta que fue publicada por medios locales en el estado Bolívar, se expresaba que los hombres presuntamente se enfrentaron a los uniformados en el sector La Fábrica de la comunidad El Perú y que eran miembros de la banda Tren de Guayana.
Familias y amigos de los fallecidos desmienten la versión dada por la GNB y denunciaron que lo que ocurrió fue una detención y posterior ejecución extrajudicial por parte de oficiales de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y la GNB.
Por este motivo fue que este fin de semana realizaron una protesta en el sector El Perú para rechazar lo que calificaron como exceso policial. Exigieron justicia.
“Le pedimos al fiscal Tarek William Saab que investigue los hechos que ocurrieron en El Perú, donde dos personas perdieron la vida y fueron ejecutadas. Ya estamos cansados de que se nos atropelle y se nos violen nuestros derechos. Necesitamos que sean investigados estos hechos con toda claridad. Ellos fueron detenidos y luego ejecutados”, dijo Carmen Lourdes Useche, pariente de Freddy Junior Medrano Vargas.
El abogado José Gregorio Beria declaró que ambos hombres fueron “ejecutados tras ser detenidos en El Callao. La información dada por los organismos militares es falsa y carece de datos importantes, como la identidad de los fallecidos”.
Aseguró que “hay pruebas y una foto que muestra a uno de los muchachos esposado en una comisaría, lo que aclara que no hubo enfrentamiento”.
Beria sumó que según el artículo 43 de la Constitución, el derecho a la vida es inviolable, pero en el sur del estado Bolívar “muchas familias pierden hijos, hermanos, sobrinos… por ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas”.
De acuerdo con el más reciente informe de la Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu), publicado el pasado mes de junio, al menos 43 personas han sido víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales en Bolívar en un periodo de siete meses, que va desde septiembre de 2021 hasta abril de 2022. Los municipios con mayor incidencia fueron Caroní, Piar y El Callao.