La Fiscalía rusa incoó doce casos penales por las torturas y violaciones a los presos en un hospital penitenciario de la región de Sarátov denunciadas por un antiguo reo que se exilió en Francia.
“Se han abierto doce casos penales de violación, extorsión y abuso de poder. Varias personas ya han sido acusadas”, dijo hoy el fiscal general, Ígor Krasnov, durante su intervención en la Duma o cámara de diputados.
Krasnov subrayó que la Fiscalía ha asumido el control directo de la investigación de los abusos, que han despertado la unánime condena de las organizaciones de derechos humanos, e introducido cambios en el mecanismo de control de los centros penitenciarios.
También admitió que “causan especial inquietud las burdas violaciones de los derechos humanos” y “los casos de violencia” no sólo en Sarátov, sino en la región siberiana de Irkutsk y otras partes del país.
“Lamentablemente, los sucesos de este año demuestran que el sistema penitenciario sigue sufriendo achaques”, señaló.
Cifró en más de 103.000 las violaciones de la ley registradas en las prisiones rusas durante los primeros nueve meses de este año.
Según informó la prensa, varios funcionarios de prisiones de Sarátov han sido despedidos, entre ellos el director del hospital donde tuvieron lugar los abusos.
El portal Gulagu.net provocó el escándalo al publicar en su web vídeos y fotos de torturas, violaciones y toda clase de vejaciones grabadas en dicho hospital (OTB-1), imágenes que “son sólo una décima parte” de lo que tienen en su poder.
“Hay de todo, torturas, palizas, abusos e incluso asesinatos”, comentó a Efe Vladímir Osechkin, director de Gulagu.net, organización que denuncia los abusos en los servicios penitenciarios rusos.
Recientemente, el activista se dirigió al presidente ruso, Vladímir Putin, en una carta abierta en la que le llama a poner fin a las torturas e investigar los abusos, de los que responsabiliza al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
“Son crímenes contra la humanidad. Y Putin es uno de los cómplices de esa maquinaria de torturas”, comentó Osechkin, quien aseguró que ha recabado “todas las pruebas” para que un tribunal internacional juzgue las torturas.
Dichos vídeos se los entregó Serguéi Savieliev, un programador bielorruso que cumplió cinco años de condena en Sarátov y tuvo acceso a los ordenadores del hospital.
“Son pruebas irrefutables. Es la primera vez que esa información es de acceso público en todo el mundo. Ahora, ya no podrán decir que son casos aislados. Todas esas torturas ocurrieron en realidad de manera regular y eran supervisadas por un gran número de funcionarios de prisiones”, señaló a Efe.
El número de presos en Rusia se ha reducido en los últimos años hasta el medio millón, aunque las organizaciones de derechos humanos rusas e internacionales denuncian que el sistema penitenciario ruso aún conserva vestigios del GULAG soviético.
EFE