La CPI tiene un examen preliminar abierto por supuestos abusos de las fuerzas de seguridad en manifestaciones y cárceles desde al menos abril de 2017
La fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, deja el cargo este martes, 15 de junio, tras nueve años de servicio con luces y sombras.
Durante su gestión, Bensouda consiguió las primeras condenas por crímenes sexuales y destrucción de patrimonio protegido, pero se va con el lastre de las absoluciones de altos cargos africanos sospechosos de crímenes de lesa humanidad.
La jurista gambiana tomó posesión en junio de 2012 de una posición que conocía de cerca. Fue la fiscal adjunta de Luis Moreno Ocampo, el primer fiscal jefe de un tribunal internacional criticado por centrarse demasiado en África.
Bensouda abrió investigaciones en Afganistán, con acusaciones contra tropas de Estados Unidos; en Georgia, donde se exploran supuestos delitos del Ejército ruso; y en Palestina, debido a crímenes cometidos presuntamente por Israel y por el movimiento islamista Hamás.
Ninguna de las investigaciones ha conllevado de momento órdenes de arresto, en parte por la falta de colaboración de los países investigados.
Entre los éxitos de Bensouda en la Corte Penal Internacional se encuentra haber puesto el foco sobre los delitos sexuales y de género, los cuales “no recibían la atención que merecen de la comunidad internacional” y “vemos que suceden todo el tiempo”, dijo la jurista en una reciente entrevista con EFE.
La CPI tiene un examen preliminar abierto por supuestos abusos de las fuerzas de seguridad en manifestaciones y cárceles desde al menos abril de 2017.
Bensouda dijo en días pasados que el expediente de Venezuela “ha avanzado significativamente” y esperaba anunciar “en cuestión de días” si abre una investigación formal o clausura el informe.
Inicialmente, la decisión se hará pública cuando el tribunal se pronuncie sobre una solicitud de control judicial presentada por Caracas, ya que Venezuela se quejó de recibir un trato “discriminatorio” y “desigual”.