Un recluso que se encontraba detenido en los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), murió de tuberculosis en el Hospital Central de Maturín del estado Monagas.
El detenido respondía al nombre de Robert Bolívar y de encontraba bajo custodia desde hace siete meses.
Libis Galán madre del fallecido, denunció que su hijo se contagió de tuberculosis dentro del Cicpc. A pesar de su estado de salud, una juez le negó la medida humanitaria para que recibiera atención médica porque a su juicio, lo veía “bien de salud”.
De acuerdo a lo reseñado por la ONG Una Ventana a la Libertad (UVL) en su portal, el deceso de Bolívar se registró el pasado sábado 1 de abril en horas de la tarde y el lunes cuando iba a ser sepultado, el cortejo fúnebre hizo una parada frente a la sede del Palacio de Justicia. Familiares y amigos sacaron el féretro y colocaron frente a las instalaciones como forma de protesta por el retardo procesal y hacerle ver a la juez que tenían razón cuando en varias oportunidades le señalaron que el atleta estaba enfermo.
Galán le dijo a UVL que su hijo recibió atención médica oportuna, lo que hizo que se complicara el estado de salud. Cuando fue llevado al referido centro asistencial, fue luego que el diputado chavista al Consejo Legislativo, Omar Farías, tramitara una medida de traslado abierta, por solicitud de los familiares que recurrieron al parlamentario al no tener respuestas acerca de los traslados médicos.
La madre del fallecido aseguró que hasta los demás detenidos se negaron a que Bolívar estuviera en la misma celda por temor a más contagios. Indicó que más de la mitad de los reclusos tiene tuberculosis. Se pudo conocer que el boxeador estaba detenido por presunta estafa.
La celda donde se encontraba Robert tiene capacidad para 100 detenidos, sin embargo según versiones de otros familiares, hay actualmente unos 300 hombres en una misma celda, incluso menores de edad conviven en el mismo lugar. En otra celda hay aproximadamente 50 mujeres. Debido al hacinamiento, todos duermen de pie.
Vale recordar que esta es la segunda muerte por tuberculosis en este centro de detención preventivo, la primera ocurrió el 22 de febrero en el llamado “infierno grande”, como le llaman al lugar donde están los reclusos.