Los padres venezolanos están luchando para cubrir los costos de la escuela para sus hijos. Según el director de la cadena de librerías El Mundo del Libro, Antonio Hannawi, la demanda de útiles y uniformes ha disminuido un 40 % en comparación con 2022.
El costo de una lista escolar básica oscila entre los $50 y los $100. Los uniformes escolares cuestan entre $60 y $100. Muchos padres están comprando útiles y uniformes usados para ahorrar dinero.
El movimiento en las tiendas de uniformes es lento porque los padres están enfocados en pagar las inscripciones escolares. También prefieren esperar hasta septiembre para comprar los uniformes, porque los niños crecen y engordan durante las vacaciones.
Los venezolanos deben disponer de al menos 155 dólares para tener lo más básico y poder comenzar el año escolar con los implementos necesarios. Esta cifra supera ampliamente al ingreso mínimo establecido en el país de 4.33 dólares.
Los padres están luchando para cubrir los costos de la escuela y muchos están teniendo que elegir entre comprar alimentos o útiles escolares.
Altas tarifas para la inscripción
Padres, madres y representantes de distintos sectores de Caracas sostienen que los costos de inscripciones en los colegios privados van desde 20 hasta los 800 dólares. Pese a las dificultades que tienen para reunir el pago, hacen sacrificios para ofrecer a sus hijos calidad educativa.
Bianca* recibió la notificación del monto de inscripción del colegio de su hijo, quien estudia en el San Agustín de El Paraíso, con un mes de anticipación. Según el aviso, la fecha tope para cancelar los $620 solicitados era hasta el 29 de julio. Eso no la alarmó. Igual que en años anteriores, pensó que tendrían oportunidad de cancelar el monto en septiembre, semanas antes del inicio del año escolar.
“El año pasado no fue tan difícil y pude pagar en el tiempo que dijeron. Cómo esta vez el monto fue tan alto, pregunté en la administración qué posibilidades había de hacer una prórroga, si yo no tenía el dinero completo, y me informaron que no lo harían este año por órdenes de la directiva”.
No quería que su hijo, quien estudia en el colegio desde primaria, perdiera el cupo. Menos a tan solo un año de graduarse como bachiller. Por esa razón decidió vender prendas que tenían valor sentimental. De esa manera logró pagar antes del tiempo límite establecido por la institución.
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