La falta de precisión sobre la situación laboral de «los delivery» mantiene a los trabajadores de servicios de reparto a domicilio entrampados en la indefensión y la falta de condiciones laborales. En su mayoría motorizados, trabajan con sus propios equipos, sin seguro médico y sin alguna garantía de protección en caso de ser víctimas del hampa o sufrir un accidente durante la faena.
Este contingente se engrosó, a nivel mundial, ante el desempleo causado por la pandemia de covid-19 que, al mismo tiempo, abrió oportunidades para explotar comercialmente el segmento de las entregas a domicilio.
La mayoría de las personas que prestan servicios de delivery en Venezuela son hombres mayores de edad. Los consultados para esta nota tienen entre 19 y 40 años y en algún momento se desempeñaron como mototaxistas. Quienes se animaron a ser parte de esta flota se sintieron atraídos por la idea de ser «su propio jefe».
«Trabajo como delivery desde hace casi dos años, me puse a trabajar de delivery en octubre del 2020. Hasta la fecha me ha ido bien, es uno de los mejores trabajos. Soy independiente, trabajo cuando quiero y me conecto cuando quiero. El sueldo me lo pongo yo», relata a TalCual Jefferson, de 25 años y que trabaja para la empresa Yummy.
El trabajador asegura que Yummy no se hace responsable por la flota de repartidores. Esta empresa es una plataforma que se alía con comercios y los clientes, por medio de una aplicación, piden a los comercios el servicio de entrega.