La política migratoria del presidente de EE.UU., Joe Biden, parece no haber experimentado grandes cambios 10 meses después de su llegada a la Casa Blanca, a pesar de una campaña en la que el entonces candidato presidencial tachó las política migratorias de Donald Trump de crueles e inhumanas y abogó abiertamente por su anulación, así lo reseñó ACTUALIDAD RT.
Aunque desde un principio se apostó por borrar la huella de Trump de la manera más rápida posible, la nueva administración se ha encontrado con multitud de problemas para llevar a cabo sus planes: la persistencia de la crisis del covid-19, la llegada masiva de menores migrantes no acompañados y el cambio en los patrones de migración, con los países centroamericanos y Haití como principales orígenes.
De hecho, después de que Biden asumiera la Presidencia el pasado 20 de enero, la cantidad de migrantes llegados a la frontera sur estadounidense superó las expectativas y las cifras previas, lo que dio al traste con algunas de las intenciones del nuevo presidente, como reanudar plenamente el procesamiento de solicitudes de asilo en los puestos fronterizos.
Niños y adolescentes no acompañados
Uno de los elementos que han caracterizado este año ha sido la enorme cantidad de menores no acompañados entre los migrantes que han cruzado la frontera. En marzo llegaron a ser la mayoría de las 4.500 personas alojadas en tiendas de campaña con capacidad para 250 personas. En junio y julio se volvieron a batir récords.