Un ex policía que residía en Matamoros, Tamaulipas, fue condenado en una prisión federal de Estados Unidos por producir pornografía infantil, anunció la fiscal Jennifer B. Lowery.
Por Infobea
José Alfredo Fernández-Martínez, de 38 años, pasará tres décadas en prisión por una serie de videos y fotografías donde aparece agrediendo sexualmente a una menor de ocho años. Las autoridades estadounidenses descubrieron los vídeos en su teléfono móvil cuando intentó ingresar a Texas a través de un puente fronterizo. El pasado 4 de agosto se declaró culpable.
La semana pasada, compareció ante el juez de distrito estadounidense Rolando Olvera en el Distrito Sur de Texas. En la audiencia, el tribunal escuchó información adicional, incluyendo la declaración de la madre de una de las víctimas. El juez lo condenó a 360 meses de prisión, le ordenó registrarse como delincuente sexual y lo exhortó a seguir una serie de restricciones utilizadas para los depredadores de menores además de pagar un total de USD 55.000 en cuotas especiales.
El pasado 4 de agosto Fernández se declaró culpable de producir pornografía infantil y agredir sexualmente a una menor de edad durante más de cinco meses. Una vez concluida la sentencia, cumplirá otros 10 años de libertad supervisada, durante los cuales tendrá que acatar numerosos requisitos destinados a restringir su acceso a los niños y a Internet.
De acuerdo con una declaración preparada por la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos, Fernández se desempeñó como oficial de la policía en México. Sin embargo, no especificaron a qué corporación pertenecía.
El caso contra Fernández comenzó en enero, cuando cruzó uno de los puertos de entrada internacionales en Brownsville, Texas, según reveló una denuncia penal presentada por las Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Un agente de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de EEUU envió a Fernández a una inspección secundaria en la que revisaron su teléfono Alcatel y encontraron un vídeo en el que aparecía agrediendo sexualmente a una niña de ocho años.
Con información de Infobae