La Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación al secretario de la Defensa Nacional por violar los derechos de las víctimas.
Por rt.com
Tres personas inocentes, ajenas a un enfrentamiento entre el Ejército y estructuras del crimen organizado, fueron ejecutadas por agentes militares en un operativo en Nuevo Laredo que se saldó con la muerte de 12 personas, a mediados del año pasado.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al secretario de la Defensa Nacional (SEDENA), general Luis Cresencio Sandoval González, por la vulneración de los derechos fundamentales de las tres víctimas, y otra dirigida al titular de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de ese estado, Irving Barrios Mojica, por una investigación inadecuada de los hechos, ocurridos la madrugada del 3 de julio de 2020.
Ese día, de acuerdo a la CNDH, un convoy militar fue atacado mientras patrullaba en el bulevar Aeropuerto de Nuevo Laredo por un grupo armado, que se trasladaba a bordo de tres camionetas. Tras el intercambio de disparos, fallecieron 12 personas, entre ellas, las tres víctimas que previamente habían sido reportadas como desaparecidas.
“Mátalo, mátalo”
La investigación de la CNDH se abrió después de recibir varias quejas sobre el caso. Las pesquisas del organismo determinaron que durante el operativo militar hubo violación al derecho humano a la vida, “por uso excesivo de la fuerza, atribuible a personal castrense”, así como vulneración de los derechos de acceso a la justicia por parte de los funcionarios de la Fiscalía del estado.
Las grabaciones captadas por los propios militares fueron claves para esclarecer los acontecimientos. En uno de los videos, si bien se confirma que los efectivos fueron emboscados por el grupo armado y repelieron la acción hasta detener a los atacantes, también verificaron que se cometieron excesos de fuerza que provocaron la muerte de las tres víctimas.
El material audiovisual permitió constatar que después de que el Ejército logró inmovilizar una de las camionetas, los efectivos detectaron la presencia de tres personas en la batea de uno de los vehículos donde viajaban los agresores. Esos ciudadanos, ajenos al conflicto, habían sido secuestrados por el grupo armado y estaban reportados como desaparecidos.