En esa lista aparecen desde Maduro hasta Diosdado Cabello, pasando por Tareck El Aissami y el poderoso ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
Para Washington, esa red que trafica con cocaína y armas tiene como aliados a las guerrillas y disidencias colombianas.
El tercer golpe al régimen fue la aprobación de la extradición de Claudia Patricia Díaz. La extesorera del Gobierno de Venezuela y enfermera del fallecido ‘comandante’ Chávez es procesada en una corte de Nueva York por blanqueo de capitales y organización criminal.
Maduro no logró que España le entregara a Carvajal ni a la enfermera, una menuda mujer, de 47 años, quien movió varios millones del régimen.
Los tres “ventiladores”
También le falló la estrategia para que Saab quedara libre, que incluyó mucho dinero, pronunciamientos de Moscú y Pekín y hasta una patada a la mesa de diálogo con la oposición, en México, de la que se levantó cuando su ‘enviado especial’ ya iba rumbo a Miami.
De esos tres potenciales ‘ventiladores’ contra el régimen, el de Saab pareciera estar tomando mayor impulso.
Fuentes federales le dijeron a EL TIEMPO que esperan la entrega de al menos uno de los mencionados en el nuevo indictment. Además del diputado Vielma Mora y de Lizcano, este incluye a Álvaro Pulido, el entrañable socio de Saab; a Emmanuel Rubio, hijo de Pulido, y a Ana Guillermo Luis, empleada de confianza de los tres.
Todos están procesados por lavado y por conspiración. Y todos tienen información relevante sobre el entramado de empresas y flujos de dinero que salieron de Venezuela hacia Hong Kong, Emiratos Árabes, Panamá, Suiza y Antigua.
La pieza clave es ahora Lizcano, cuya familia en Bogotá empezó a liquidar (el 17 de abril pasado) a L&L Inversiones S. A. S., bajo la lupa de la DEA.
Le atribuyen un poder similar al de Saab. De hecho, en 2019, el cucuteño logró que varios diputados de Primero Justicia y Voluntad Popular –partidos con representación en la mesa de México– salieran a defender la legalidad de sus jugosos negocios con el régimen.
Lizcano, dueño de una modesta droguería que funcionó en Cúcuta y de Edicel (una empresa de instalaciones eléctricas), terminó suscribiendo convenios con Venezuela a través de firmas abiertas en Emiratos Árabes.
Salva Foods, de la que es directivo, fletó un buque para apoyar la Gran Misión de Abastecimiento Soberano, la de las cajas Clap. El acuerdo fue ordenado por el propio Maduro (en 2018) y lo suscribió el Ministerio del Transporte, al que estaba ligado Vielma Mora, el diputado del indictment.
De acuerdo a este tuit del Ministerio del Transporte, por orden de Nicolás Maduro la empresa estatal Venavega firmó una «alianza estratégica» con Salva Foods, una de las empresas de la trama de #AlexSaab y Álvaro Pulido para controlar el negocio de los #CLAP. https://t.co/1qWTIoyCFH
— Roberto Deniz (@robertodeniz) November 13, 2018
Oro, flotilla y armas
A Lizcano, quien hoy vive en un lujoso apartamento en Caracas, también lo ligan a negocios de oro, aviones y hasta armas. En 2015, constituyó en Bogotá la empresa Corporación Latinoamericana de Suministros S. A. S. (Colasum), dedicada a comercializar víveres.
Allí aparece Adrián Antonio Perdomo Mata, un venezolano de bajo perfil que terminó al frente de la Corporación Venezolana de Guayana Minerven C. A. (Minerven), la firma estatal encargada de la extracción y comercialización de oro.
Informantes aseguran que el verdadero poder detrás de Minerven es Lizcano, mano derecha de Saab. Y recuerdan que, como reveló EL TIEMPO, el italiano Lorenzo Antonelli (concuñado de Saab) firmó contrato con la Compañía de Minería de Venezuela para explotar oro en los estados Amazonas y Bolívar.
A Lizcano también le atribuye el control de una flotilla de aeronaves, incluido un Learjet, de matrícula YV3441, retenido en Fort Lauderdale intentando sacar hacia Venezuela (en julio de 2020) 18 rifles de asalto, 6 escopetas y 58 pistolas.
El factor Shadi
“Lizcano es el hombre de confianza de Saab y de Pulido. Les conoce todos los negocios; él es el operativo del entramado corrupto”, le dijo a EL TIEMPO una fuente enterada.
De hecho, en Caracas ya se dio la orden de redoblarles la vigilancia a él, a Pulido y a Emmanuel Rubio, para evitar que intenten un arreglo con la justicia de Estados Unidos.
El viernes, el Departamento de Estado anunció una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Pulido.
EL TIEMPO estableció que en el nuevo indictment también iba a aparecer Shadi Nain Saab Certain, hijo de Saab.
El joven, de 25 años, apareció como titular de una cuenta bancaria en Suiza, con un saldo de 730 millones de dólares, y era el directivo de Group Grand Limited, con sede en Hong Kong, que movió gran parte de los dineros de las cajas Clap e irrigó recursos a otras empresas. Se especula que la investigación en su contra se reservó para un tercer tiempo, a la espera de que su padre decida colaborar.
Sin embargo, el primer escenario que estudian los abogados de Saab es que este acepte los cargos de lavado y conspiración, sin que entre a negociar con las autoridades.
Lo que más pesa para mantener esa postura es que su actual esposa, Camila Fabbri, y sus dos pequeñas hijas fueron trasladadas por el régimen desde Moscú hasta Caracas.
Pero ese escenario podría cambiar cuando se destapen otros procesos en contra de Saab que lo entierren judicialmente. Quienes lo conocen están seguros de que, a sus 49 años, se reventaría.
En cuanto al ‘Pollo’ Carvajal, se da por hecho que busque de inmediato una negociación, tras su aterrizaje en Nueva York, que se concentraría en el ‘cartel de los Soles’. Además, hablaría de nexos de la Venezuela de Maduro con la guerrilla y disidencias colombianas e incluso con Hezbulá.
En cuanto a la enfermera de Chávez, que ha ocupado un segundo plano, podría convertirse en el ‘ventilador’ sorpresa.
Maduro, mientras tanto, ya acusó los tres golpes y dejó ver que le preocupa que Saab, Carvajal y Díaz queden bajo el control del Tío Sam.