Esta es una de las interceptaciones telefónicas hechas a miembros de una red que viene ingresando de manera ilegal a Colombia carne desde Venezuela en precarias condiciones sanitarias.
La mercancía ingresa camuflada en carros particulares a los que se les adaptan caletas o en camiones que ingresan por trochas, en coordinación con bandas que –como lo dijo el propio presidente Petro– aún controlan esos pasos fronterizos.
EL TIEMPO accedió a videos de seguimientos que muestran cómo, a pesar de la disparada del precio de la carne por la inflación, la red la vende más barata en plazas de mercado y hasta frigoríficos de Cúcuta y otras zonas en Colombia.
El primer hallazgo que arrojaron las interceptaciones de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) es que una mujer era una de las líderes de la organización. Le dicen ‘Coco’, pero su nombre es María Isabel Contreras. Desde su celular entraban y salían llamadas de alias W, cuyo aparato fue localizado inicialmente en una cárcel.
En un trabajo articulado con la Fiscalía, la Polfa –en cabeza de la general Sandra Patricia Hernández– estableció que ‘W’ es William Delgado Díaz, un hombre sobre quien ya pesa una condena de cuatro años por favorecimiento del contrabando, concierto para delinquir agravado y violación de medidas sanitarias.
El fallo en su contra, del Juzgado 6 Penal del Circuito de Cúcuta, fue proferido el 16 de septiembre de 2021.
En la frontera es conocido como el ‘zar’ de la carne porque decían que seguía ingresando decenas de toneladas por La Fría, a pesar de estar preso.
La Fría es una ciudad venezolana, capital del municipio García de Hevia, en el estado Táchira, fronterizo con Colombia.
Según el Inpec, ‘W’ recobró la libertad por orden de una autoridad, por buena conducta, desde el 20 de abril de 2022. Sin embargo, hay evidencia que seguía coordinando los hilos de la estructura ilegal, que semanalmente movía unos 9.000 kilos de carne, incluidas las vísceras.
“Lo único que le pido es que venga fresca, que no vaya a venir picada (…) ¿En ganado en pie a cómo pone la carne, el kilo? ¿A 15? El problema es cargar eso con la víscera. Sea transparente, todo el mundo tiene que ganar (…). Eso se van 24 o 25 para traerla”, se escucha en otra de las interceptaciones.
La mercancía era sacada desde pueblos como La Fría, San Antonio y Pedro María Ureña (Táchira); llegaba a Villa del Rosario (Colombia) y, posteriormente, era trasladada a Cúcuta, sin cumplir con la cadena de frío y a temperaturas de hasta 32 grados centígrados.
Expertos aseguran que llegaba en estado de descomposición y el olor lo confirmaba.
Otro de los eslabones de la red fue identificado como Ómar Arley Rodríguez, alias el Mosco. Y otro más le pagaba a las bandas para trasladar la mercancía por los pasos irregulares. La Polfa logró identificar las rutas, horarios de movilización, métodos y lugares de comercialización.
“Estos criminales intentaron burlar los controles de las autoridades, desplazándose durante la madrugada y aprovechando la injerencia de grupos armados organizados para ingresar la carne de contrabando al país por pasos informales”, explicó uno de los investigadores de la Polfa.
Y agregó que en un Mazda 626 se alcanzaba a trasladar hasta media tonelada de carne tirada en el baúl, en las sillas y en el piso.
En camiones llegaban hasta siete toneladas. Lo que llamó la atención de las autoridades es que los pagos se hacen en dólares: “Al otro lado de la frontera pagan precios bajos porque es ganado sacrificado ilegalmente. Acá les ganaban un 200 por ciento”.
Además de ‘W’, ‘Coco’ y el ‘Mosco’, se judicializaron cuatro capturas más. Ninguno aceptó cargos y algunos fueron enviados a prisión domiciliaria.