Mientras todo el mundo intenta salir de Afganistán, Miles Routledge se ha metido de manera voluntaria en el país. A la hora de preparar sus vacaciones, este estudiante británico, de 21 años, buscó “los diez destinos más peligrosos del mundo” y se compró los billetes para la primera opción con el optimismo de Tintín, pero con la conciencia geopolítica del capitán Haddock. Aterrizó el pasado viernes 13 de agosto.
Por El Confidencial
Comenzó a contar sus aventuras en redes sociales ganando miles de seguidores. Paseos por los bazares, fotografías de platos exóticos, selfis con ametralladoras, bromas sobre el estado de las cañerías… Respondía incluso con tranquilidad pasmosa cuando le preguntaban cómo se atrevía a llevar un gran crucifijo al cuello en un país que estaba siendo tomado por talibanes: “Soy un ferviente católico. Mi fe es todo”. Pero en las últimas horas la aventura ha dejado ya de tener gracia. “Era consciente de los riesgos. Me la jugué y ha salido mal. Ahora soy consciente de que puedo morir en cualquier momento”, asegura a El Confidencial.
La conversación telefónica no es fácil. La línea se corta constantemente. Y de ruido de fondo se escucha la voz de un hombre que dice de manera tajante: “We have to go… NOW” (Tenemos que irnos… YA). “Nos han puesto un chaleco antibalas y nos han dicho que nos preparemos para correr. Creo que van a sacarnos de aquí”, explica Routledge este lunes por la mañana. Las últimas horas las ha pasado en un ‘compound’ en Kabul de Naciones Unidas donde también se alojan otras 50 personas, incluidos británicos, estadounidenses y turcos.
La voz del joven que se escucha al otro lado del teléfono poco tiene que ver con la de los videos que ha colgado en 4chan y Twitch, plataformas de ‘streaming’ utilizadas en su gran mayoría por jóvenes y ‘gamers’. “¿Me podéis ver? Madre mía, ¿cuántos estamos ya conectados? No os preocupéis, me he criado en Birmingham, dicen que es la ciudad más peligrosa del mundo, así que esto es el paraíso (risas)… Me puse a mirar los diez destinos más peligrosos y los apunté como una lista de la compra… Tenía que ir a todos… No me arrepiento de nada… De mayor voy a ser banquero, me gusta el riesgo así que no me veía este verano tomando sol en la playa… (Risas) ¿Que si soy gay? No, tengo novia… tengo que llevarle un buen regalo después de esto (risas)… No, por aquí no hay Uber… Las cañerías son una broma… ¿Que si he visto talibanes? Sí, de hecho me di la mano con ellos… Yo soy muy educado y doy la mano con todo el mundo (risas)…”
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