Convertir desechos plásticos en petróleo o cera cuantas veces se quiera es posible mediante un proceso químico que lleva solo minutos, dice a Efe el estadounidense Jeff Gold, quien ya ha transformado 1.400 toneladas de plástico en unos 350.000 galones de materia prima en su planta en Atlanta (Georgia).
El empresario detalla que el proceso conocido como pirólisis no deja de sorprenderlo. Ahora busca escalarlo comercialmente en Atlanta y llevarlo también a Asia y Europa con fábricas en esos continentes.
“¡Reciclar plástico para crear materiales infinitamente renovables es muy gratificante! A veces miro el petróleo y la cera que salen de nuestros reactores y no puedo creer que lo que estamos haciendo sea posible”, expresa.
Un reciente estudio internacional realizado por investigadores de Suecia, Noruega y Alemania publicado en la revista Science advierte de que los índices actuales de emisiones de plástico mundiales pueden desencadenar “efectos que no podremos revertir”.
Según Gold, una vez que el plástico ingresa a un reactor, solo toma unos minutos para que ese material se descomponga en su forma molecular “para formar un asombroso nuevo producto”.
“Desde muy joven sentí el deseo de ayudar a preservar nuestro mundo natural”, expresa Gold, quien desde hace una década aplica sus conocimientos de reciclaje molecular en su empresa Nexus Fuels.
El también ambientalista, que recicla diariamente 50 toneladas de desecho plástico, precisa que acceder a esos materiales es un “desafío”.
“Hay una enorme cantidad de plástico en el mundo que se puede procesar, el problema es que la gran mayoría de los residuos plásticos simplemente no se separan, ni se recolectan de una manera que queden a disposición de empresas como la nuestra”, se lamenta.
En 2016, las estimaciones de las emisiones globales de plástico a lagos, ríos y océanos del mundo estaban entre 9 y 23 millones de toneladas métricas al año y, si las cosas no cambian, se teme que para 2025 estas cifras se dupliquen.
DE PLÁSTICO A HIDROCARBURO
Gold se queja de que cada año, el plástico, en el que se han “gastado enormes cantidades de energía para producirlo”, es desperdiciado.
“¡Enterramos entre 80.000 y 120.000 millones de dólares en plástico cada año! ¡Eso es mucho valor y muchos recursos que estamos desperdiciando!”.
Explica que la pirólisis preserva los componentes básicos del plástico mediante el uso de disolventes y calor.
La idea es “descomponer nuestros plásticos objetivo en moléculas básicas de hidrocarburos” y agrega que incluso trabajan para utilizar procesos biológicos (microbios y bacterias) para hacer avanzar aún más esta tecnología circular.
“Mi objetivo con Nexus es simplemente contribuir con algo a los esfuerzos continuos y siempre desafiantes para hacer del mundo un lugar más seguro y limpio para vivir”, explica.
El experto indica que no todos los plásticos son iguales y el usado para las botellas de agua, por ejemplo, conocido como PET (polietileno tereftalafato-poliéster), no puede reciclarse químicamente.
“El PET y el PVC simplemente no se convierten en petróleo o cera y, en cambio, crean una gama de compuestos tóxicos y dañinos cuando se descomponen en nuestro proceso”, detalla Gold.
Agrega que materiales como el nailon, el uretano y el poliéster tampoco se convierten durante el proceso químico “en ningún producto útil”.
EL ALIADO DE LA MODERNIDAD
El empresario señala que los fabricantes de plástico no deberían temer que esa industria desaparezca debido al reciclaje químico, “pero deben ser sensibles a la imperiosa necesidad de crear plásticos que se puedan reciclar más fácilmente”.
Critica que esta industria creó productos destinados a “un uso único o limitado” sin pensar en dónde terminarán al final de su vida útil y sin tomar medidas para facilitar su reciclaje.
“Los humanos avanzaron durante miles de años sin plástico, por lo que sabemos que podemos sobrevivir sin él, pero los plásticos permiten que exista la vida moderna”, agrega.
Gold valora de los plásticos su bajo costo, alta resistencia y disponibilidad, y recuerda que proporcionan envases de alimentos seguros, herramientas y suministros hospitalarios estériles, como también componentes livianos para automóviles y aviones.
Sin embargo, reitera que se necesita “un esfuerzo concertado y la responsabilidad de todos para controlar el flagelo de la contaminación por desechos plásticos”.
El plástico está profundamente arraigado en nuestra sociedad y se filtra al medio ambiente en todas partes, incluso en países con buenas infraestructuras de gestión de residuos”, afirma Matthew MacLeod, profesor de la Universidad de Estocolmo y autor principal de la investigación publicada en Science.
Gold dice que muchos recipientes de reciclaje en EE.UU. a menudo se utilizan como un cubo más de basura y el plástico se contamina y se mezcla con alimentos y productos no reciclables y “simplemente es económicamente imposible separarlo”.
Por otro lado, Gold indica que, aunque se pueden crear ciertos combustibles a partir de los plásticos que él recicla, aquellos rígidos, la espuma de poliestireno y el film plástico, entre otros, los prefiere destinar a la industria plástica de nuevo.
“Estamos dirigiendo el cien por ciento de nuestra producción a nuestros socios de compra, donde se convierte directamente de nuevo en plástico nuevo. Esto es posible porque en realidad estamos reciclando las moléculas de plástico que luego se pueden usar para hacer plástico virgen nuevo”, matiza.
Explica que al hacerlo evitan que el carbono que está presente en el plástico original ingrese al medio ambiente como lo haría si se convirtiera en combustible y se quemara en un motor.
“Estamos muy comprometidos con mantener nuestra producción y la huella de carbono del producto lo más pequeña posible y la capacidad de nuestro petróleo y ceras para usarse como parte de un sistema circular donde literalmente se pueden reciclar un número infinito de veces es un gran logro”, detalla.
EFE