Con el afán de perpetuarse en la presidencia de Nicaragua, Daniel Ortega se apoderó de todos los órganos judiciales y electorales; eliminó a sus competidores políticos dentro de su partido; se alió con los empresarios más prominentes del país; persiguió a ONG y periodistas; modificó a su medida la Constitución y aprobó leyes represivas; y, finalmente, puso tras las rejas a siete candidatos presidenciales que se atrevieron a desafiarlo.
Esta es la entrega más reciente de #NicaraguaNoCalla, iniciativa para que siga fluyendo la información que permita entender la realidad del gigante sudamericano en medio de un complejo año electoral.