“Me pusieron un trapo encima que olía a gasolina”, dijo Khan a McClatchy y al Miami Herald en su primera entrevista desde su liberación. “Comenzaron a verter algo sobre mí y simplemente comenzaron a ahogarme. En serio pensé que iba a morir”.
“No es como que querían seguir preguntándome”, agregó Khan. “Simplemente siguieron haciéndolo y haciéndolo, y parecía que les estaba dando placer”.
Khan fue uno de los siete ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente en Venezuela que fueron liberados en un intercambio de prisioneros entre Washington y Caracas el 1 de octubre. De todos los liberados, era el más joven y quizás el menos preparado para el trauma al que fue sometido. Recién graduado de la Universidad de Florida Central, Khan todavía sufre los efectos de su detención y tortura, las cuales le provocaron convulsiones regulares que padece hasta el día de hoy.