La Real Academia Sueca de las Ciencias premió este 3 de octubre con el Nobel de Física a los tres científicos cuyo trabajo permitió la investigación de procesos tan cortos y rápidos que eran antes imposibles de estudiar, como el movimiento de los electrones.
Los descubrimientos de Anne L’Huillier en 1987 y de Pierre Agostini y Ferenc Krausz en 2001 han conseguido que sea posible producir pulsos de luz tan cortos que se miden en attosegundos (la trillonésima parte de un segundo), demostrando que estos pulsos pueden ser utilizados para generar imágenes de lo que ocurre dentro de los átomos y moléculas.
“Ahora podemos abrir la puerta al mundo de los electrones. La física de attosegundos nos da la oportunidad de comprender mecanismos gobernados por electrones. El próximo paso será utilizarlos”, dijo Eva Olsson, presidenta del comité Nobel de Física.
El descubrimiento de los laureados tiene aplicaciones en distintas áreas de la ciencia: en medicina, los pulsos de attosegundos pueden ser utilizados para identificar distintas moléculas y contribuir a los diagnósticos. En electrónica, ayudan a entender y controlar el comportamiento de los electrones en un material.