Desde Berlín: Martha Escalona Zerpa
Especial para: Qué Pasa en Venezuela
Fotos: Archivo & Prensa Berlinale 2024
Uno de los momentos más culminantes de la 74. Berlinale fue la comparecencia del director italo-norteamericano Martin Scorsese en la conferencia de prensa, como motivo de haber sido elegido para recibir el Oso de Oro Honorífico por su increíble y vasta carrera cinematográfica.
En la gala nocturna del martes 21 de febrero 2024, Martin Scorsese recibió este premio de manos de su colega alemán, el destacado cineasta Win Wenders en el Berlinale Palast.
La Berlinale pronunció su Laudatio con las siguientes palabras: «El festival se enorgullece de entregar el Oso de Oro Honorífico de este año a un cineasta que ha empujado constantemente el medio hacia caminos inexplorados. Con una obra que abarca seis décadas y más de cuarenta largometrajes, desde películas policíacas a películas de animación y dramas religiosos, Martin Scorsese ha revolucionado el medio y se ha reinventado a sí mismo con cada nueva película».
A sus 81 años su última película, Killers of the Flower Moon, en asociación con Apple, está nominada al Oscar de este año.
La inspiración y el amor de Scorcece por el cine ya se percibía por la tarde del martes durante la conferencia de prensa en el Hotel Hyatt, que fue muy íntima, anecdótica y emotiva.
Después de todo, ¿acaso el creador de películas como «Taxi Driver» (1976), «Buenos muchachos» (1990) y, más recientemente, «Los asesinos de la flor de la luna» (2023 )? ¿no ha marcado la vida de casi todos los que aman el cine en las últimas décadas? ¿Y no asocia todo el mundo recuerdos personales al día en que vio alguna o todas estas películas?
Reunirse con Martin Scorsese es una experiencia comunicativa, como queda claro este día. La sala está a rebosar, los periodistas presentes entusiasmados. Un joven periodista de Bulgaria, habla de lo mucho que la película «Infiltrados» le ha recordado a los políticos corruptos de su país. Una colega sigue impactada por el documental de los Rolling Stones «Shine a Light», que Scorsese presentó en la Berlinale en 2008.
Mientras Scorsese sonríe
Se le ve muy atento este martes y es evidente que se siente a gusto. Lasaña es su comida preferida, dice el descendiente de inmigrantes sicilianos en EE UU, que creció en el barrio neoyorquino de Little Italy y procesó gran parte de sus impresiones infantiles en sus películas sobre la mafia. Su madre Cathy cocinaba la mejor lasaña, pero la de su hija, que se llama igual, también es muy buena.
Cuenta que las primeras películas que vio eran producciones de la India con subtítulos en inglés y anuncios intercalados. Un collage cultural, visto en medio del tan cacareado crisol de culturas que es Nueva York. «¿Y después? Tenía diez años cuando vi «El arroyo», de Jean Renoir. Mi padre me llevó al cine. De joven, eso me abrió el mundo. Venía de un barrio donde los padres no solían ser intelectuales. En el mío no había libros en casa. Entonces los niños veíamos películas, que cambiaron nuestras vidas».
Scorsese no cree en el fin del cine: «¿La muerte del cine? «No creo que el cine esté muriendo. Se está transformando. La tecnología se ha desarrollado a un ritmo vertiginoso, pero no hay que tenerle miedo.» Se refiere a la experiencia comunitaria que sólo existe en el cine. La voz personal, el individuo: eso es a lo que uno puede aferrarse».
Se le pregunta cómo se describiría a sí mismo en una palabra: «¿Scorsese en una palabra? «Misterio» me viene a la mente, lo dice y se ríe».
¿Y si cree que se merece este premio? Una respuesta indirecta: «entonces, de joven, su ego era mucho más grande. Sigue siendo grande. «Pero ahora me doy cuenta de que el ego a veces estorba. Que te impide ver con claridad“
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