El cardenal Angelo Becciu, que será juzgado por varios delitos relacionados con la compraventa de un valioso edificio en Londres, aseguró hoy que es “víctima de una maquinación orquestada” en su contra y que está deseando que llegue el juicio para que “el Tribunal pueda ver la absoluta falsedad de las acusaciones”.
El Vaticano anunció hoy que el antiguo sustituto -adjunto- de la Secretaria de Estado vaticana entre 2011 y 2018, al que el pontífice destituyó en septiembre pasado por varios escándalos financieros, será juzgado junto a otras nueve personas a partir del 27 de julio.
“Soy víctima de una maquinación deliberada en mi contra, y esperaba desde hace tiempo conocer los cargos que se me imputan, para poder desmentirlos rápidamente y demostrar al mundo mi absoluta inocencia”, dijo Becciu en un comunicado.
“En estos largos meses se ha inventado de todo sobre mi persona, exponiéndome a una picota mediática sin igual a la que no me he prestado, sufriendo en silencio, incluso por el respeto y la tutela de la Iglesia, a la que he dedicado toda mi vida. Sólo considerando esta gran injusticia como una prueba de fe puedo encontrar la fuerza para luchar esta batalla de la verdad”, añadió.
El cardenal, que siempre ha negado las acusaciones, será juzgado por “los delitos de malversación y abuso de oficio también en concurso, así como de soborno” en el marco del “asunto relacionado con las inversiones financieras de la Secretaría de Estado en Londres”, según el Vaticano.
“Por fin llega el momento de la aclaración, y el Tribunal podrá ver la absoluta falsedad de las acusaciones contra mí y las oscuras tramas que evidentemente las han sostenido y alimentado” , concluyó Becciu, sobre quien recae la sospecha de que envió fondos vaticanos a empresas de su hermano, entre otros escándalos.
Junto al cardenal han sido imputadas otras nueve personas y varias sociedades después de que la investigación judicial, iniciada en 2019, haya permitido establecer “una amplia red de relaciones con los participantes en los mercados financieros que han generado pérdidas considerables para las finanzas vaticanas, habiendo utilizado también los recursos destinados a las obras de caridad personal del Santo Padre”.
Todos los procesados son miembros “del personal eclesiástico y laico de la Secretaría de Estado y figuras de la entonces Autoridad de Información Financiera, así como personajes externos, activos en el mundo de las finanzas internacionales”.
Fue el propio Francisco el que el pasado 24 de septiembre y por sorpresa obligó a Becciu a renunciar a su cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a los derechos del cardenalato por su posible implicación en varios escándalos financieros.
EFE