Para QPEV Martha Escalona-Zerpa, desde Berlín
La legalización del cannabis en Alemania está cada vez más cerca. El Gobierno Federal alemán ha presentado los aspectos claves para su legalización el próximo 2023, aunque aún persisten algunos obstáculos y conflictos con los partidos políticos de la oposición.
Durante mucho tiempo el ministro federal de salud de Alemania, Karl Lauterbach fue escéptico pero desde hace unos meses pasa a la ofensiva de la legalización, aunque con un optimismo moderado.
Con la presentación de los puntos clave del proyecto, la discusión no es si el cannabis debe ser legalizado o no, sino solo el cómo y cuándo. Como se recordará la legalización del cannabis forma parte del gobierno de la coalición en Alemania. Y se espera que haya otras consultas con casi todos los ministerios Federales, para pasar a la coordinación a nivel europeo.
En varias ocasiones Lauterbach subrayó que el Gobierno no quiere una expansión del consumo de cannabis, sino luchar contra el mercado negro. Un problema que Alemania no ha combatido con mucho éxito, ya que el número de consumidores sigue en aumento.
Se estima que en la actualidad hay unos cuatro millones de consumidores en Alemania y que con su legalización aumentará esta cifra.
Hasta hoy, la posesión de cannabis, hachís o marihuana sigue estando penada en Alemania, debido a que se considera una violación de la Ley de Estupefacientes.
El proyecto dice que el cannabis y la sustancia activa tetrahidrocannabinol (THC) ya no se clasificarán legalmente como estupefacientes. La compra y posesión de un máximo de 20 a 30 gramos de «cannabis de placer» para consumo personal estará exenta de castigo, independientemente del contenido de THC.
El cultivo privado se autorizará de forma limitada con «tres plantas hembra por adulto». Respecto a la venta, solo será posible en «tiendas especializadas, con licencia» -a las que solo podrán entrar personas mayores de 18 años- y posiblemente también en farmacias. Asimismo, se prohibirá la publicidad de productos de cannabis y se limitará la cantidad de compra.
De igual modo, se permitirá la venta de productos de cannabis para fumar e inhalar, o para ingerir en forma de cápsulas, aerosoles o gotas. Los denominados comestibles, es decir, galletas o dulces que contienen cannabis, no estarán permitidos por ahora.
En paralelo, y este es el aspecto más importante para profesionales en el área de la salud mental de niños, jóvenes y adultos, se ampliarán los servicios de educación, prevención, asesoramiento y tratamiento, y se van a examinar los efectos sociales de la liberalización del cannabis.
Una de las críticas más severas viene del ministro de Salud del Estado de Baviera, Klaus Holetschek, quien afirma que «los planes de legalización del gobierno federal envían una señal peligrosa no sólo para Alemania, sino que también para el resto de Europa».
Holetschek teme que el turismo de la droga llegue a Alemania y advierte de los riesgos sanitarios y sociales del hachís.
De los riesgos
El cannabis puede alterar la química cerebral de forma permanente. También la experta. Dra. Yasmin Hurd, neurocientífica del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, dijo en una conferencia en 2020 en Harvard que los consumidores de cannabis están subestimando sus posibles efectos a largo plazo y que dicha droga podría conllevar más riesgos de los que se creen.
En el coloquio advirtió que el «subidón» producido por la droga altera la química cerebral de una persona y podría incluso ponerla en riesgo de desarrollar graves problemas psiquiátricos más adelante.
El cannabis contiene más de 500 sustancias químicas, entre ellas más de 140 cannabinoides que tienen un mayor o menor grado de actividad «psicofarmacológica».
Explicó que los cannabinoides del tetrahidrocannabinol, o THC como se le suele conocer, la sustancia química de la droga que provoca los efectos de alteración, interactúa con los endocannabinoides en el cerebro.
Aun cuando se considera que el cannabis no es tan dañino ni tiene las propiedades adictivas de otras drogas, como la cocaína, la heroína o incluso el alcohol, existen peligros potenciales por su consumo frecuente que los expertos aún no han descubierto.
La pregunta fundamental es durante cuánto tiempo produce cambios cerebrales y si hay un aumento en el riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos.
Hurd señaló además que alrededor del 30 % de las personas que consumen regularmente la droga tienen también algún tipo de trastorno psiquiátrico.
La legalización del cannabis sigue ganando terreno también en los EEUU. Su consumo es legal en todos los estados de EE. UU. excepto en seis. En 18 estados, es totalmente legal tanto a nivel médico como recreativo. La legalización cuenta con un apoyo abrumador de los demócratas (79%) y de los independientes (67%), mientras que incluso la mitad de los republicanos también la apoyan.