El avión que transportaba a la velocista olímpica bielorrusa Krystsina Tsimanóuskaya, que partió de Tokio de forma precipitada por un conflicto con las autoridades deportivas de su país, aterrizó el miércoles en Viena, en principio una simple escala en su viaje a Polonia que le concedió un visado humanitario.
El aparato de la compañia Austrian Airlines, se posó en el aeropuerto de la capital austríaca a las 15H00 locales (13H00 GMT), constató un periodista de la AFP.
Un vehículo la esperaba para escoltarla, lejos de la mirada de los numerosos periodistas presentes.
La atleta explicó el domingo haber escapado a ser repatriada por la fuerza a Bielorrusia, días después de haber criticado a la federación de atletismo de su país en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Según Tsimanóuskaya, la federación bielorrusa quería obligarla en un primer momento a participar en los relevos del 4×400 metros, ante lo que la atleta mostró su indignación ya que solo tenía previsto correr los 100 y los 200 metros.
Temiendo ser encarcelada si regresaba, Tsimanóuskaya obtuvo ayuda del Comité Olímpico Internacional (COI) y protección policial mientras estaba en el aeropuerto de Tokio-Haneda.
El incidente provocó la condena internacional de Bielorrusia, una antigua república soviética gobernada con mano de hierro por el presidente Alexander Lukashenko desde 1994 y cuyo hijo dirige el comité olímpico nacional.
AFP